
Durante los últimos 15 años, con el advenimiento de las nuevas tecnologías y el libre acceso a la información globalizada, sumado a políticas de Fomento tanto nacionales como provinciales, la industria audiovisual cordobesa se cristalizo como un fenómeno de cantidad y calidad internacional que al día de hoy sigue en crecimiento.
Pese a la coyuntura adversa que enfrentamos en estos días, en el corazón de la Argentina el cine respira aires de primavera.
Pasen y lean.
Nota al lector
Los espacios de exhibición, las películas y los directores, productores, docentes, críticos, programadores, funcionarios, gestores e investigadores que aquí se nombran se citan a modo de ejemplo. De ninguna manera este dossier es un censo sobre la totalidad de las personas, obras, centros culturales, instituciones, empresas o casas productoras que están o estuvieron involucradas con la actividad audiovisual dentro de esta provincia. Lo que se intenta es dar cuenta de un estado de situación que nos ayude a seguir fertilizando nuestro terreno cultural y creativo y al mismo tiempo se busca que este dossier resulte útil para el semillero, es decir, para las futuras generaciones de realizadores.
Introducción
La realización audiovisual es una actividad que, entre otras, tiene dimensiones comunicacionales, artísticas, culturales, financieras, industriales y tecnológicas. Se trata de una arquitectura inmaterial (la información “viaja” por ondas sonoras y luminosas, y por intermedio de la tecnología esa información se guarda en soportes que permiten su posterior reproducción). Es una arquitectura visual-sonora que en todos los casos transmite la visión del mundo de un autor, es decir, es un proceso lingüístico (la narración audiovisual es un lenguaje con semiótica específica y accesible) que posee una intención.
En las dimensiones previamente mencionadas se ponen en tensión variables que influyen en la emisión y en la recepción de esa información que viaja. Lo primero que hay que decir es que la actividad audiovisual es gregaria, colectiva. No se puede hacer un discurso audiovisual de manera individual; siempre es preciso contar con un grupo de trabajo, por más reducido que sea, y dicho discurso está destinado a ser acogido por cientos o miles de personas, ya que ese relato (sea una película, un programa de televisión o un corto para redes sociales), está pensado para ser consumido masivamente.
Este dossier aborda algunos aspectos puntuales de las condiciones comunicacionales, artísticas, culturales, financieras, industriales y tecnologías que influyeron durante los últimos 15 años en la provincia de Córdoba en lo que respecta a su producción audiovisual gestada fuera del sistema comunicacional comercial*, a lo que habría que sumarle también las condiciones educativas y políticas.
* Llamamos sistema comunicacional comercial a aquel que configura sus productos audiovisuales con herramientas de mercadotecnia. En este sistema se utilizan estudios y cifras de mediciones de audiencia que segmentan al público según hábitos y poder adquisitivo. Así, por caso, programas de televisión de aire o películas con fines principalmente de lucro responden a líneas editoriales de las empresas o grupos a los que pertenecen, y la permanencia o no de estos productos están en función de su rendimiento económico)
No se puede hacer un discurso audiovisual de manera individual; siempre es preciso contar con un grupo de trabajo, por más reducido que sea, y dicho discurso está destinado a ser acogido por cientos o miles de personas
Año 2003, reconstrucción de un país
Veníamos de una de las más grandes crisis económicas que se recuerde. El 2001 aún humeaba en el ambiente y las instituciones debían reconstituirse. El INCAA, Instituto de Cine y Artes Audiovisuales de Argentina, organismo regulador de la actividad cinematográfica nacional, iniciaba una nueva etapa que debía ser diametralmente opuesta a todo aquello que quedó atrás. ¿Cómo sentar las bases de una cinematografía que pudiera, de una vez por todas, romper el unitarismo discursivo? ¿Cómo descentralizar los recursos del kilómetro cero y abrir posibilidades a otras geografías, idiosincrasias, estéticas y realidades alejadas de la capital federal? Era preciso crear políticas audiovisuales con estos fines y al mismo tiempo capacitar y poner en marcha recursos humanos y materiales que pudieran hacer emerger nuevas voces, nuevas películas, nuevos directores. Había que restaurar las instituciones y volver a sembrar.
Nace “el Gleyzer”
El concurso Federal de Desarrollo de proyectos de largometrajes Raymundo Gleyzer se creó para brindar la oportunidad a jóvenes realizadores de producir su primera película. Este concurso lleva el nombre de un director de cine documental emblemático, que incluso realizó parte de su obra por estas tierras (“Ceramiqueros de Traslasierra” en 1965, con ayuda técnica de realizadores locales). Este concurso –aún vigente- divide su convocatoria en seis regiones geográficas y un equipo de capacitadores viaja a las provincias para acompañar (tutelar) a cada proyecto y a cada nobel realizador.
“El Gleyzer”, (al igual que el concurso “Infancias”) fue un gran motor para el cine emergente de las provincias. Podemos decir que es un ejemplo de política de fomento nacional pertinente y acertada. Sumado a esto, los Festivales de cine de distintos rincones del país que se venían haciendo, recibieron respaldo institucional y económico a partir del año 2007. Así, tanto “el Gleyzer” como estos festivales, hicieron las veces de polinizadores de toda una generación de nuevos cineastas “post crisis” del 2001, que logró fortalecer sus proyectos a través de los encuentros, capacitaciones e intercambios que estos espacios ofrecían. Esta presencia del Estado se convirtió en un complemento (en el caso de Córdoba) a la formación académica brindada en la universidad y en instituciones privadas.
La presencia del Estado potenció la actividad cinematográfica argentina de las distintas regiones (NOA-NEA-CUYO-CENTRO-PATAGONIA) durante los primeros años del siglo XXI. Surgieron así nuevas agrupaciones que nucleaban a gestores y cineastas (como la Red Argentina de Documentalistas, o la Red de Festivales Nacionales por dar algún ejemplo) y las mismas celebraban sus encuentros dentro de los marcos de distintos festivales.
Festivales de Cortometrajes en la ciudad de Córdoba: nace Cortópolis (2006) y se consolida ANIMA
En abril de 2004 un reducido grupo de jóvenes comandados por Diego Pigini (actual Director de Cultura Comunitaria de la Municipalidad de Córdoba) lleva adelante un espacio de proyección de cortometrajes llamado “El Corto” en el Cineclub Municipal Hugo del Carril. Esa propuesta, pensada para durar dos o tres meses con su programación, concita el interés de muchos jóvenes realizadores y se convierte en un espacio estable dentro del Cine Municipal.
Debido al éxito de esta programación de cortometrajes, este mismo grupo crea el Festival Nacional CORTOPOLIS, cuya primera edición fue en 2006 y que, además de convocar a lo mejor del cortometraje del país, crea espacios de encuentros con realizadores de todas las regiones argentinas y espacios de capacitación (con docentes llegados, en su mayoría, de Buenos Aires) además de otras actividades.
El grupo de trabajo inicial de 2006 fue mutando, pero el festival CORTOPOLIS aún se lleva a cabo cada dos años. Cecilia Oliveras es parte del equipo de trabajo en la actualidad, y ella así lo describe:
“Cortópolis se llevó adelante apoyado con un Subsidio del INCAA desde 2006. Creció con fuerza en sus ediciones de 2008 y 2010. Su sede hasta 2010 fue el Cineclub Municipal, pero actualmente la sede central del festival es el Centro Cultural España Córdoba, y también hay actividades en otros espacios culturales como la UNC, el cineclub Quimera y La Metro. se realiza en la Universidad. Ya en el año 2016 –con otra gestión- el presupuesto del Instituto fue 30% menos que en 2014. Este año, 2018, la Dirección de Festivales del INCAA estuvo acéfala y el festival se hizo sin el apoyo del INCAA. Lo que se intenta con CORTOPOLIS es que un año el festival sea competitivo y otro año sea muestra. Actualmente contamos con el apoyo de la Subsecretaría de Cultura de la Universidad Nacional de Córdoba y el Centro Cultural España-Córdoba”.
CORTOPOLIS tuvo su esplendor durante algunas ediciones, pero actualmente subsiste apenas con un magro apoyo institucional. Agrega Cecilia que “históricamente el Centro Cultural España Córdoba colaboró con el Festival. El Municipio lo declaró de Interés pero todo derivó todo el apoyo en el CCEC. La provincia, al día de la fecha, nunca dio respuesta a las solicitudes de apoyo… No apoyan a ningún festival de Córdoba, tampoco al FICIC de Cosquín, ni a otros festivales más pequeños”.
CORTOPOLIS, que llegó a ser un espacio de referencia con miles de cortometrajes llegados de distintos países de Latinoamérica, hoy, increíblemente, no tiene apoyo del Estado Nacional, provincial o municipal. Subsiste a puro voluntariado y con apoyo del Centro Cultural España Córdoba y la Universidad Nacional de Córdoba.
El caso ANIMA
ANIMA es un festival creado hace 20 años que convoca específicamente al mundo de la animación. Su director es Alejandro González, quien es además docente en diferentes instituciones. Según Alejandro, el Festival recibió el apoyo del INCAA a partir de 2007 y hasta la edición 2017 inclusive (el festival ANIMA se realiza cada dos años, en fecha impar. Se intercala con CORTOPOLIS cuya edición competitiva es en año par). Su convocatoria es masiva e internacional, y el público que atrae espera con ansias las competencias oficiales, así como los seminarios y las secciones especiales.
ANIMA, en 20 años de existencia, tampoco recibió apoyo provincial, pese a los innumerables pedidos y notas realizadas a lo largo del tiempo y pasando por distintas administraciones del área audiovisual. Alejandro lo explica así: “El Polo jamás nos respondió ni una nota, de las varias que hicimos solicitando apoyo para distintas actividades, para el festival, para el área académica, para la gestión de animación y videojuegos, para la publicación de un libro sobre los 100 años de Animación argentina con material trabajado en la Universidad Nacional de Córdoba y en la Universidad de Villa María… De hecho la respuesta que nos dieron es que la ley (provincial) no tiene como muy claro la cuestión de festivales”.
ANIMA si contó con el apoyo del Centro Cultural España Córdoba, institución que participó en la organización del ANIMA durante los años 2007, 2009, 2011, 2013 y 2015. Nos cuenta Alejandro que “en 2017 el CCEC ya no participó; en las últimas ediciones el aporte del Centro Cultural España Córdoba se fue reduciendo. Ya en el 2013, durante la gestión de Pancho Marchiaro como secretario de Cultura de la ciudad, ANIMA recibió aportes para el festival en sus ediciones 2015 y 2017; esto se traduce en aportes económicos y servicios de cartelería en vía pública”.
Pese a la cuestión del Festival ANIMA, la provincia sí está haciendo un trabajo fuerte en el área de animación. Muchos de los animadores que hoy producen obras se formaron al calor de este espacio. “Hay gente trabajando en animación, consolidándose a través de APA en toda la provincia. Hay mucho capital humano, pero hace falta perfeccionar ese capital. El Estado fomenta la producción industrial de series y el desarrollo de proyectos de largos”, dice González.
Así las cosas, Alejandro sostiene que “el panorama es auspicioso, hace 10 años no había nada, hace 20 años cuando empezamos con ANIMA, menos aún; me parece interesante para donde va el sector”.
ANIMA es el principal evento de la Animación en Argentina y por el festival pasaron artistas notables como Caloi, Juan Pablo Zaramella, Chris Hinton, Michela Pavlatova, Pablo Rodríguez Jáuregui, Marcy Page, Caroline Leaf, Linda Simensky, Barry Purves, Andres Lieban, Tomas Welss, Nelson Luty, René Castillo, Vivienne Barry y Steve Woloshen, entre otros.
El tiempo y la ciudad
Algo personal: en el año 2001, mientras cursaba la carrera de Cine y Televisión en la Universidad Nacional de Córdoba, un compañero de la facultad me invitó a la inauguración de un espacio de cine. Al llegar nos asignaron un número, y así, nos hicimos socios. A mí me toco el 36. No tenía idea de que esa noche asistiría al nacimiento de uno de los espacios más importantes de la cinefilia argentina: se inauguraba el Cineclub Municipal Hugo del Carril, y fortuitamente me convertí en una de sus primeras socias.
El lugar, un bellísimo edificio que perteneció a la comunidad italiana, se consiguió por intermedio de la Municipalidad (acaso el único aspecto redimible de la olvidable gestión del menemista Germán Kammerath como intendente) y se sostuvo desde entonces por muchos amantes del séptimo arte. Su histórico y hasta ahora único director fue el poeta y escritor (ya fallecido) Daniel Salzano.
Al compañero que me llevó a aquella inauguración no lo vi nunca más, pero del Municipal no pude escindirme hasta el día de hoy. Para mí, como para muchos cineastas de Córdoba, el Hugo del Carril es un lugar de pertenencia, y siempre ir allí es “algo personal”. Vamos porque nos gusta (“Que decís que no vas a venir, si te encanta” es uno de sus eslóganes) y porque allí ocurre un real encuentro con la cinefilia, ya sea por las películas programadas o por los cursos y actividades que el Cineclub Municipal ofrece. Por allí pasaron a presentar sus películas los más grandes nombres de la cinematografía argentina; su ubicación es privilegiada (para quien conozca la ciudad sabrá lo que significa estar cerca del Patio Olmos; es un punto próximo al centro, a Nueva Córdoba y al revitalizado y nocturno barrio Güemes) y su programación, sostenida a lo largo del tiempo por el impecable Guillermo Franco, siempre ha sido de calidad. Grandes nombres están, o estuvieron, detrás de todo lo que el Cineclub Municipal significa: docentes, programadores, público, colaboradores.
Martín Campos es el actual Presidente de la Asociación de Amigos del Cineclub Municipal; agrupación fundamental para poder llevar adelante todo lo que implica la maquinaria del Cineclub. Martín explica que la Municipalidad tiene asignados algunos empleados y a un funcionario, Juan Cruz Sánchez Delgado, que es el subdirector de cultura digital y bajo cuya órbita funciona el Cineclub.
El bello edificio es también Municipal, pero el funcionamiento del lugar del Cineclub depende en gran medida del trabajo de la Asociación de amigos, que es una entidad sin fines de lucro que se encarga de recaudar todo el dinero que entra por venta de entradas, socios, cursos y talleres, y ese dinero es con el cual se maneja (a grandes rasgos) prácticamente todo el Cineclub. “Por ejemplo,-dice Martín- cuando hubo que adquirir el DCP para hacer las proyecciones, la Muni pagó la mitad a través de un subsidio y la Asociación sacó un préstamo para costear la otra mitad y poder adquirir ese aparato. Nosotros acá tenemos la sala mayor que funciona de lunes a lunes donde hay estrenos, retrospectivas y distintos ciclos. También está el auditorio donde se dictan los talleres y seminarios y es donde funcionan los distintos cineclubes que tiene el cineclub adentro. Pasión de los Fuertes, por ejemplo, es un ciclo que lleva adelante el Ale Cozza junto con José Fuentes Navarro todos los sábados a las 19hs y es un espacio estable de cine clásico».

Alejandro Cozza, director. Foto: Narciso Mellano
Y agrega que «en cuanto al cine cordobés actual y su relación con los cineclubes, acá hemos atestiguado gran parte de ese proceso. También en los espacios Cinéfilo y La Quimera, que son como semilleros de gran parte de los jóvenes que hoy por hoy están haciendo el cine. Si bien muchos pasamos por la Universidad Nacional, creo que en gran parte nuestra formación le debe muchísimo más a lo que hemos visto y discutido en los cineclubes que adentro de las aulas. Fernando Restelli, Lucía Torres, el Eze Salinas, por mencionar algunos realizadores, han programado y fueron espectadores de esos espacios. Creo que es algo de nuestra generación… de hecho acá en el cineclub era muy notorio… vos un viernes te sentabas acá en el Cineclub y veías entrar al Fer Restelli, a Rosendo, a la Maru Aparicio… una tajada importante de gente que está pensando el cine, filmando, escribiendo, y que en espacios como el nuestro encuentran un lugar donde formarse. También el Cineclub sigue la política -a través de Guillermo y de la Asociación de Amigos- de tener un trato diferenciado con las películas cordobesas que se estrenen acá. Aquí se va al 50% de recaudación; así, las películas consiguen mucho más dinero que estrenándose de otra manera y verdaderamente termina siendo, creo, el lugar donde más les conviene estrenar, no sólo por el trato económico que es súper conveniente y que no tiene parangón -me parece- a nivel nacional, sino también por el contacto con el público… el Cineclub Municipal tiene un público bastante establecido y especializado, y es donde las pelis mejor se encuentran con su público”.

Rosendo Ruiz, director. Foto: Narciso Mellano
La ciudad, además de lo descripto, ha realizado de manera aleatoria algunas convocatorias para desarrollo de proyectos con fondos muy magros y sin continuidad. Fuera de esto, no se puede decir mucho más. Lo que ha primado en estos 15 años de crecimiento cinematográfico cordobés fue una gran desconexión entre el municipio y el sector audiovisual de la ciudad. Un verdadero despropósito, teniendo tanto caudal creativo de calidad frente a sus narices.
Otra suerte ostentan las otras grandes ciudades argentinas, Rosario y Buenos Aires, donde las políticas audiovisuales tienen un lugar preferencial dentro de las agendas culturales de cada ciudad. En CABA, por caso, las políticas de fomento a la producción son múltiples: el programa de mecenazgo artístico y cultural de la ciudad tiene ventajas impositivas para empresas que apoyen el desarrollo de proyectos culturales, y esto incluye proyectos audiovisuales. Lleva adelante fomentos por comunas y realiza uno de los Festivales de Cine Independiente más importantes del mundo, el BAFICI.
La ciudad de Rosario encausa las políticas municipales de promoción del desarrollo audiovisual a través del Centro Audiovisual Rosario (CAR). Este espacio, nacido a la luz del Primer Festival de Cine Latinoamericano de Rosario hace ya 25 años, se encarga de difundir la producción audiovisual y de preservar el patrimonio fílmico de la ciudad. Realizan también los festivales Una Mirada Mayor y Ojo al Piojo, Festival Internacional de Cine Infantil. O sea, Rosario tiene 3 Festivales de largometrajes organizados con fondos municipales, muestras itinerantes y programas educativos que son realizados con personal específico que dependen de la Secretaria de Cultura de la ciudad.
Huelga decir, “a esta altura de la soirée”, que son muchos los beneficios que un festival de cine de calidad trae a la comunidad. No sólo a la comunidad cinéfila sino a la toda la comunidad en general. A saber: la dimensión competitiva estimula y eleva año a año la calidad de las obras; nuevos artistas se descubren, artistas más experimentados se consagran; se reflexiona sobre el momento presente de la actividad audiovisual; se realizan retrospectivas, publicaciones, homenajes; se nutre el acervo histórico y documental; las figuras conocidas y populares (actores, músicos) atraen nuevos públicos; se mueve la rueda del interés publicitario; se promociona el evento y gira la rueda del turismo, la hotelería, la gastronomía, el transporte, etcétera.
Mar del Plata, Rosario, Buenos Aires, hace décadas marcan la agenda de la cultura audiovisual argentina. Viajan cómodas en el tren que las posiciona estratégicamente y las dignifica como espacios de generación de sentidos: son ciudades-marcas de alta cultura audiovisual. Tren al que Córdoba, en todos estos años, nunca se subió. En este punto, nuestra ciudad ha quedado bastante rezagada, pueblerina, comparado con lo que pasa en el resto de las mencionadas urbes.
Quizás sea oportuno, en estos tiempos de proselitismos livianos y melosos en que aspirantes a cargos se comportan como amigos de toda la vida, que el sector audiovisual exija que la disciplina sea tomada en serio de una vez y que el estímulo, la producción, la difusión y la exhibición del cine hecho en Córdoba sea por fin incluida en la Agenda cultural de la ciudad, de cara a las inminentes futuras administraciones.
Políticas de fomento a la Televisión de Calidad desde el Estado
Canal Encuentro
Mariana Arroyo es egresada de la Universidad Nacional de Córdoba por partida doble: cursó la Licenciatura en Cine y Televisión y la Licenciatura en Comunicación social. Salteña de nacimiento, actualmente reside en la ciudad de Buenos Aires y fue una de las primeras productoras del canal nacido desde el Estado argentino que hizo la diferencia en lo que a contenidos televisivos se refiere.
“Yo fui productora de canal Encuentro durante 9 años, desde el año 2008, es decir en sus primeros años. Fui convocada por Verónica Fiorito a través de Marita Viñals; ambas venían de Córdoba. Eso fue la punta del ovillo porque a través de ellas se empezó a reclutar gente que había egresado de la Universidad Nacional de Córdoba. Fuimos varios los que estuvimos ahí durante ese tiempo, que fue un tiempo como de oro, no sólo del Canal sino también de la Televisión Pública, resultante de una política de Estado que se apoyó mucho en la Ley de Medios. Igual la Ley de Medios fue sancionada después de la creación del canal; esto fue más bien una creación por voluntad del Ejecutivo, impulsada por Daniel Filmus en aquel momento.
Encuentro fue un disparador de cómo pensar la televisión, no sólo acá en Argentina sino también en la región y también dentro de lo que es la televisión educativa mundial (porque de hecho incluso ganamos premios internacionales). Trataba de democratizar, popularizar, divulgar contenidos educativos de una manera amena. Ese recorrido fue de manera exploratoria, porque no había precedentes en el mercado y en nuestra televisión. Fue una búsqueda para trabajadores que veníamos de distintos ámbitos, y eso fue buenísimo porque Encuentro reunía profesionales de ciencias sociales, humanidades, audiovisuales, convocados por la construcción del contenido. Se empezó a hablar de cosas que no se habían hablado antes de una forma atractiva, o por lo menos intentando que fuera así.
En el grupo de producción podías tener gente que venía de sociología, antropología, yo vengo de la comunicación, del cine y la televisión… puntualmente mi experiencia venía más de la publicidad y del cine… Mi experiencia personal fue que yo aprendí a hacer televisión desde una mirada cinematográfica. Se aportaba desde cada ámbito, porque los equipos eran interdisciplinarios, por supuesto. Cada uno venía con su bagaje, con una idea del no lucro de la televisión, entonces estaba buenísimo porque no nos regía la pauta publicitaria, no corríamos con eso. Pensábamos los contenidos de la currícula escolar, pensábamos las grillas de programación en función de las efemérides del año… recuerdo que en el tiempo del bicentenario hicimos un millón de cosas sobre la revolución de 1810… se empezaron a ampliar otros frentes como la ciencia… de allí se desprendió un poco Tecnópolis TV (que eso es otra historia) y se desprendió Paka Paka, que empezó siendo una franja horaria y terminó siendo un canal que bueno, desgraciadamente hoy lo hemos perdido.
En todo este marco de federalizar la televisión, el entretenimiento, los contenidos, también Encuentro se presentó como una gran oportunidad para los realizadores y productores del interior. Se empezaron a hacer todo tipo de intercambios; canal Encuentro como productor llevando adelante desde Buenos Aires. Luego más adelante, se realizaron conveníos en los que se traían materiales de afuera. Así llegaron muchos realizadores y muchas producciones de Córdoba. Recuerdo haberme encontrado con compañeros en los pasillos de Encuentro y eso estaba buenísimo… por lo menos, una que es del interior, yo, salteña, habiendo estudiado en Córdoba, tenía la sensación de que era posible participar de una televisión profesional, pública y que tuviera contenido. No sé por qué uno egresando de una escuela de cine sale con el prejuicio de que la televisión no está buena, pensando en la televisión chatarra. Yo no tenía ningún interés en la televisión, nada de interés, pero a partir de Encuentro empecé a involucrarme con contenidos televisivos y a pensar que se podían contar cosas complejas desde un aparato que fuera más ameno y más accesible a la gente en general…
Yo pensaba cuando estaba, no sé, con algún programa, con alguna corrección de guión, de formato, de montaje, de armados y demás, pensaba si eso lo podía entender un niño en Salta… y pensar así era como que alineaba todo el sistema de producción para que fuera accesible…
Se extraña Encuentro en esos años donde teníamos total libertad y confianza como para opinar frente a las autoridades. Con el tiempo eso se fue un poco erosionando y con la nueva gestión pensamos, los que estábamos adentro, que no iba a haber mucha más tela para cortar, así que con el cambio de gobierno empezaron a acotarse mucho más los contenidos, se empezaron a destinar menos fondos para la producción, se dejaron de hacer los convenios que se hacían antes… se hacían muchos convenios de coproducción con instituciones educativas, universidades, institutos de distinta índole… a mí me tocó trabajar con CONICET que era buenísimo porque reuníamos lo mejor de la ciencia, investigadores que estaban súper al tiro con contenidos actualizados, atractivos, difíciles, complejos. Era un re desafío poder trabajar con ellos… sin perder la rigurosidad del contenido científico y tratando de hacer un relato que fuera interesante, accesible… y que fuera también como una luz para despertar la curiosidad. Eso era algo que lo teníamos todos, esa chispa que ni siguiera era necesario cultivarla, era como que estaba dentro de todos lo que estábamos ahí participando.
Canales como Encuentro, Paka Paka, luego Tecnópolis TV, se dieron dentro del marco del Ministerio de Educación. Éramos canales del Ministerio de Educación, que no es menor, porque si bien éramos un canal público, dependíamos puntualmente del presupuesto y del marco político de un Ministerio de Educación que estaba involucrado en la divulgación. Un ejemplo feliz de eso fue la creación de contenidos para las netbooks, que se daban en las escuelas. Se generaban los contenidos para las horas de clase y los chicos tenían acceso a eso a través de las netbooks de Conectar Igualdad, que fue un plan maravilloso, de vanguardia.
Con la nueva gestión, los canales fueron erradicados del Ministerio de Educación y pasaron al Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos en la cartera de Hernán Lombardi. Eso descontextualizó la naturaleza de los canales y se empezó a pensar en otras cosas, que tenían que ver más con cuestiones arbitrarias, de gusto personal de las autoridades y no tanto de que había que alinear contenidos a los requerimientos del Ministerio de Educación, que fue lo que ocurría en el período en el que yo participé. Yo estuve un poquito con la gestión nueva y la sufrí bastante; por eso es que también me fui”.
Y finaliza Mariana: “Encuentro fue una gran oportunidad, no sólo para los laburantes del interior que veníamos acá a querer hacer de nuestras profesiones algo grande en la Capital, sino también una gran oportunidad para el consumo de la audiencia. Es muy lindo subirse a un taxi y que alguien hable de Encuentro y te emociones. Sabemos que eso por un tiempo no va a estar. Sabemos que los que pasamos por ahí seremos recordados como los que estuvimos en el momento glorioso, dorado de la televisión argentina. Profesionales de Córdoba, en Canal Encuentro, fuimos un montón”.
Germán Calvi fue parte de DOCTV Latinoamérica y desde 2010 a 2015 se desempeñó en el área de Fomento a la Producción de Contenidos para Televisión, Internet y Videojuegos, que comenzó como un Programa del Instituto de Cine, luego una Coordinación, y a partir de 2012 se convirtió en una gerencia del INCAA.
el trabajo desde el Estado para el fomento del sector productivo de todo el país tuvo magnitudes épicas, ya que el objetivo era fortalecer la producción audiovisual nacional, defender el trabajo argentino y aportar a la diversidad cultural con federalización de la producción y circulación de bienes culturales
Para Germán, el desarrollo cultural y comunicacional de todos los territorios tuvo un eje fundamental que fue la aprobación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y la creación del Consejo Asesor para el Sistema de Televisión Digital Terrestre. “Visto hacia atrás, el trabajo desde el Estado para el fomento del sector productivo de todo el país tuvo magnitudes épicas”, ya que el objetivo era fortalecer la producción audiovisual nacional, defender el trabajo argentino y aportar a la diversidad cultural con federalización de la producción y circulación de bienes culturales.
Dicho en números, Germán así lo explica: “En Córdoba esto impactó en un crecimiento exponencial en la producción por parte de micro y pequeños emprendimientos. Se llegaron a producir hasta 18 obras audiovisuales en paralelo ese mismo año: animaciones, documentales, series de ficción y programas de estudio. Eso representó catalizar las fuerzas productivas creadoras de valor a partir del talento local; una experiencia de acumulación de capacidades a partir del direccionamiento de recursos del Estado para la expansión del sector”.
Agrega: “Córdoba es uno de los territorios con mayor potencial de desarrollo en el sector audiovisual, por capacidad instalada, cantidad de profesionales egresados de las universidades y de terciarios, cantidad de estudiantes que eligen estas carreras y cantidad de trabajadores con experiencia en el sector, con más de cincuenta años de trayectoria, con un camino en cine, en televisión, en publicidad, en animación, en videojuegos, ya recorrido, con presencia en mercados y festivales internacionales. Y ahora con una Ley específica para el desarrollo del sector, tiene la oportunidad histórica de articular las iniciativas privadas con el direccionamiento de la inversión pública para ganar escala y estructurar una plataforma orientada a la internacionalización de los productos, como camino para lograr sostenibilidad”.
Una de las tantas productoras que ha desarrollado su trabajo bajo este marco de fomento nacional es María Eugenia Ferrer. Ella realizó varias series docuficcionales para Encuentro y Paka Paka: “Jugando con el agua”, “Reforestando identidad”, “Los colores del futbol”, “Congreso de jóvenes”, y las miniseries “Güemes”, “Testigo de una época”, “Artigas”, “Historias de Santa Fe”, entre otras.
Eugenia describe lo ocurrido recientemente: “El cambio de administración del Ejecutivo fue notable en lo que respecta a las políticas audiovisuales. Lo que hay que remarcar es que se notó la ausencia en la inversión de políticas públicas ligadas a la industria audiovisual y cultural y eso repercutió en la cadena productiva; hubo un retroceso en la producción de contenidos y eso impactó directamente en la cantidad de puestos de trabajo. Mucha gente tuvo que cerrar sus productoras, dedicarse a otra cosa, vender sus equipos, volver a las changas, digamos. De alguna manera se había formalizado el sector porque había un flujo de producciones que permitía sostener una pequeña PyME. La ausencia del Estado en eso, al quitar inversión en una industria que venía creciendo, genero un impacto negativo muy fuerte.
Por otro lado la industria audiovisual argentina tiene que tener, como cualquier industria, en un primer momento una inyección y un acompañamiento del Estado hasta lograr (me parece que ese era el plan del Fomento anterior) que el sector privado pueda invertir en esta industria. Pero para eso tiene que haber todo un recorrido que en este caso se truncó porque hubo un cambio de gestión que modificó la política industrial audiovisual en ese sentido. Pero siempre remarcábamos esto; la necesidad de tener, como cualquier PyME, créditos blandos, inyecciones de subsidios, hasta que esa industria pueda crecer por si sola”.
Esperemos que pronto el daño sufrido en estos sectores pueda repararse.
“Ut Portet Nomen Meum” (“para que lleven mi nombre”, lema de la Universidad Nacional de Córdoba)
La Universidad Nacional de Córdoba (UNC) fue la primera casa de altos estudios del país. Cuna, además, de la Reforma Universitaria de 1918 y de muchas otras gestas históricas de gran impacto político y social a nivel global. Por sus aulas circulan a diario cientos de alumnos llegados de distintos puntos del país y del extranjero.
Puntualmente, la enseñanza cinematográfica de la UNC data de la década del sesenta y estuvo prohibida durante la última dictadura militar. Paradójicamente, una de las estudiantes de cine que fue presa política durante ese período de la historia, la Magister Ana Mohaded (al salir del cautiverio estudio Comunicación Social, luego al reabrir la escuela de cine se licenció y se especializó en el área documental) es hoy la flamante Decana de la Facultad de Artes, cargo que asumió en agosto del corriente año.
El lugar que hoy ocupa la Facultad fue una construcción que llevó luchas y tiempo. Ana así lo explica: “La facultarización que agrupa a las carreras de disciplinas artísticas fue parte de un proceso que empieza a gestarse a finales de los años 90 y que se concreta el 12 de Noviembre de 2011, aprobado en asamblea universitaria por unanimidad. Esta jerarquización permitió la posibilidad de reconocer a la disciplina artística por sus especificidades, diferenciándose del campo de la Filosofía y Comunicación, logrando autonomía dentro de la estructura universitaria. A pesar de ello, falta lograr apoyo económico, cuestión que las carreras que comprenden la Facultad de Artes vienen batallando desde hace tiempo”.
En cuanto a lo específicamente cinematográfico, Ana sostiene que “el llamado Nuevo Cine Cordobés (concepto que se acunó en algunos espacios y que generó no pocos debates) no se puede plantear como distante de este ámbito. No se puede hablar de cine cordobés sin hablar de esta Facultad. Aquí se imparte el conocimiento inicial y es un lugar de conexión, de prácticas y de formación de nuevos realizadores. Lo que hemos visto estos últimos años fue un crecimiento notable dentro de la matrícula; especialmente a partir del año 2005 en adelante. Este año, por ejemplo, el número de ingresantes fue de casi 800 alumnos, aunque también, hay que decirlo, fue el año en que por primera vez la matrícula bajó drásticamente. El aumento del boleto, el aumento del costo de vida, pegaron fuerte y mermaron las posibilidades de cursado de estos jóvenes ingresantes. Al ser nosotros una universidad pública, en general, la mayoría de los estudiantes de estas aulas proviene de sectores medios y humildes. Al mismo tiempo que las crisis golpean fuerte en estos sectores, esta circunstancia enriquece desde otro lugar ya que las producciones que aquí se realizan son muestras de diversidad discursiva con respecto a las miradas hegemónicas del hacer audiovisual”.
Otro de los puntos interesantes que se dan dentro de la Universidad es la circulación de saberes que se producen dentro de ese ámbito. El cruce de estudiantes en materias optativas permite conectar rápidamente los saberes propios del cine, con los de la música, artes visuales y teatro, que son las otras carreras que se cursan dentro de la Facultad de Artes. Así, existe una suerte de círculo virtuoso que enriquece las miradas y expande la educación formal, estética y sensible propia de estas carreras. Muchos de los egresados de la carrera de Cine de esta Universidad quedan afectados a la institución, ya sea trabajando en cuestiones administrativas, en el área de investigación, en la docencia y en tareas realizativas de distinta índole (archivo audiovisual, programas de televisión, videos de divulgación científica, obras de exploración y experimentación artística y/o producciones audiovisuales con fines pedagógicos).
También es destacable el crecimiento de textos y publicaciones que se hacen desde la Universidad; libros de cine publicados a través de la Editorial de la Facultad de Artes y revistas digitales de circulación gratuita (Revista Un Rato, Avances, Artilugio, Toma 1) en los que investigadores, docentes y productores dialogan y reflexionan sobre temáticas afines a los intereses de la Facultad.
La enseñanza cinematográfica también fue cobrando fuerza fuera del radio de la Universidad Pública. La Metro, escuela de Comunicación Audiovisual, la Licenciatura en Comunicación Audiovisual de la Universidad Blas Pascal y escuelas con cursos breves como La Lumiere, todas ellas de carácter privado, son también importantes espacios de aprendizaje dentro del actual panorama audiovisual de Córdoba. Y en los últimos años, con el advenimiento de las nuevas tecnologías, el lenguaje audiovisual, teórico y práctico, está presente también en la currícula de la enseñanza media.
Hacia el interior de la provincia se destaca también la Universidad Nacional de Villa María, que cuenta con la carrera de Diseño y Producción Audiovisual, la de Rio 4, a lo que se suma a partir del corriente año talleres de capacitación impulsados por el Polo Audiovisual en las ciudades de, justamente, Villa María, San Francisco y Rio 4, con el objetivo de descentralizar hacia adentro de la provincia la actividad, estimulando nuevos puntos de producción de la industria audiovisual cordobesa.
Haciendo Cine
En Córdoba la actividad audiovisual es intensa, y en lo puramente cinematográfico ha aumentado notablemente la cantidad de obras, de la mano con la accesibilidad que brindan las nuevas tecnologías, como así también la calidad de las mismas. Teniendo en cuenta los espacios consagratorios de una película independiente, como son, por ejemplo, los festivales de cine de referencia, la presencia, en esos festivales, de obras realizadas en la provincia de Córdoba es cada vez más contundente.
Un ejemplo de ello es la película “Julia y el Zorro” de la directora Inés Barrionuevo, consagrada con una mención especial de la Competencia Argentina en el pasado festival de cine de Mar del Plata, película que se estrenó en el festival de cine Zinemaldía de San Sebastián. Del festival de Mar del Plata del corriente año (único festival Clase A de la región) también participaron en competencia otros directores: German Scelso, Federico Robles, Fernando Restelli y Maru Aparicio. Y son muchas las películas de ficción, documental, cortos y largometrajes que dan la vuelta al mundo en muestras y festivales que fueron filmadas por directores cordobeses. Se trata de un fenómeno que va en aumento, no de un hecho aislado, felizmente, aunque la coyuntura del cine nacional dista mucho de ser, hoy en día, la ideal.

Inés Barrionuevo, directora. Foto: Narciso Mellano
En lo que respecta a la actual gestión del INCAA, ente que administra los fondos del sector audiovisual (fondos obtenidos por el porcentual de la entrada al cine; es decir que el cine argentino se financia con dinero obtenido de la propia industria) la gran mayoría de los trabajadores la define como “inoperante y caótica”. Ese mapa es muy complejo, y son muchas las protestas de las distintas agrupaciones de realizadores argentinos que están teniendo lugar por distintas vías. En este punto, los realizadores cordobeses encuentran a sus pares en los pequeños y medianos productores de cine de Buenos Aires. Y con ellos, a través de distintos colectivos y agrupaciones, entablan puentes para proteger mancomunadamente los intereses del cine independiente a lo ancho y a lo largo del país.
Las agrupaciones que congregan a los realizadores de Córdoba son: ACCOR, a la que podemos definir como la más histórica, APAC, cuyos miembros fueron parte de la gesta de la Ley provincial 10.381 que otorga fondos a la industria audiovisual, el recientemente conformado Colectivo de Cineastas de Córdoba, una suerte de derivado del Colectivo de Cineastas de Buenos Aires que en Córdoba nuclea a más de 50 realizadores con experiencia en películas de proyección internacional, la cámara de productoras locales, CAPAC, el grupo exportador Córdoba Produce, APA, Animadores en movimiento, la asociación de productores de Villa María, APRAVIM y la asociación de desarrolladores de video juegos ADVA, a lo que se suma la representación sindical de los técnicos audiovisuales a través de SICA y la presencia de la Universidad Nacional de Córdoba a través de sus facultades de Artes y Comunicación.
Marta de la Vega es una histórica formadora de realizadores audiovisuales. Fue docente durante muchos años en el Departamento de Cine de la Universidad Nacional de Córdoba; fue jefa de ese mismo departamento y ha militado con fuerza por derechos para el sector. Es parte fundadora de ACCOR, la Asociación de Cineastas de Córdoba, que se constituyó como entidad civil en Agosto de 1985 y logró personería jurídica en enero de 1986. Desde esa agrupación se ha fomentado la producción, realización, exhibición, difusión y formación del cine en Córdoba, realizando numerosas actividades, con perspectiva siempre en la federalización de las políticas públicas para el sector.
Con respecto a la Ley en Córdoba, Marta explica que “la iniciativa fue presentada al Gobierno de Córdoba por la mesa del Audiovisual Córdobés. El gobierno de la Provincia de Córdoba anunció el envío a la Legislatura del Proyecto de Fomento y Promoción a la Industria Audiovisual de Córdoba el 4 de agosto de 2014”.
Cecilia Hernandez, actual responsable de la Film Comission y quien fuera, además, responsable del área de Festivales Nacionales del Instituto de Cine durante algunos años, sostiene que “el proyecto de Ley de Fomento y Promoción de la actividad audiovisual de la provincia de Córdoba surge como respuesta a necesidades concretas de crecimiento y desarrollo del sector. Se concreta por voluntad política del Gobernador Juan Schiaretti, y se trabajó activamente para que finalmente se sancione en octubre de 2016. Ya en junio de 2017, con la ley reglamentada, se crea el Polo Audiovisual Córdoba, que es el órgano de aplicación de la Ley No. 10.381. De esta forma, el Gobierno de Córdoba alienta el desarrollo de la industria local de contenidos audiovisuales en toda su cadena productiva”.
La norma provincial establece que el Polo depende del Ministerio de Industria de la Provincia, como autoridad de aplicación. Cuenta con un consejo asesor (ad honorem) integrado por entidades audiovisuales y miembros del estado provincial para asesorar en las políticas de fomento y promoción del sector.
Cecilia agrega que: “actualmente, Córdoba cuenta con más de 30 pymes productoras. Es el segundo centro de producción nacional con trayectoria en producción cinematográfica, televisiva, de animación y publicidad. Asimismo, como provincia universitaria es reconocida a nivel nacional e internacional. El Plan de Fomento a la producción, correspondiente al año 2017, otorgó premios a 56 proyectos, los cuales están en distintas etapas de producción y lo cual ha generado una importante reactivación del sector. En el corriente año, 2018, se desarrollaron 16 concursos más el programa de incentivos a la coproducción y post producción, que van a otorgar alrededor de 50 premios, cuyas cuotas se ejecutarán a partir del mes de enero de 2019, agregando fuerza productiva al sector”.
Córdoba cuenta con más de 30 pymes productoras. Es el segundo centro de producción nacional con trayectoria en producción cinematográfica, televisiva, de animación y publicidad.
Mariano García es el presidente de APAC, la Asociación de Productores Audiovisuales de Córdoba, que acaba de cumplir 10 años desde su creación. Mariano se desempeño, además, como Consejero por la Región Centro (Córdoba, Bs As y CABA) del Consejo Asesor del INCAA desde octubre de 2017 hasta octubre de 2018.
Acerca del momento actual del cine cordobés, Mariano lo define así: “El fenómeno del cine cordobés toma mucho impulso desde 2008, pero antes había tenido un recorrido de realizadores interesantes desde los años 80. Actualmente tenemos presencia en los festivales más destacados del mundo con cine de ficción, documental y animación; con premios y reconocimientos muy importantes. Hay heterogeneidad y diversidad estética, temática, diferentes tratamientos y modelos de producción. Contamos a la fecha con más de 70 largometrajes y en los últimos años las series, los unitarios, la animación y otros contenidos digitales obtienen premios en los circuitos especializados; con una convocatoria de público inédita hasta el momento”.
En lo que respecta a la Ley, es decir, la política pública de fomento lanzada desde el Estado provincial (recordemos que la provincia de San Luis fue la pionera al respecto, a la que se fueron sumando Misiones, Tucumán, Neuquén y Córdoba), para Mariano es importante que este apoyo sea legalmente fijado porque eso “garantiza el interés público, cultural y económico que tiene el pueblo y las instituciones para con esta actividad. Le da estatus de política de Estado; esto hace trascender las gestiones de un gobierno, supone un proyecto a largo plazo. La Ley Audiovisual de Córdoba fue una construcción desde la base y se transformó en una política de Estado porque el sector, organizado, lo consiguió. De todas las provincias que hoy tienen Ley, Córdoba es la que más invierte en la actividad. El volumen y el reconocimiento del sector nos ubica como el primer polo regional de producción, después de CABA, a nivel nacional”.
La Ley Audiovisual de Córdoba fue una construcción desde la base y se transformó en una política de Estado porque el sector, organizado, lo consiguió
El Colectivo de Cineastas de Córdoba (CCC), creado recientemente, surge a partir de una iniciativa de Mariano Luque, director cordobés actualmente radicado en Buenos Aires, como una manera de articular al Colectivo de Cineastas de Buenos Aires con los realizadores de la provincia de Córdoba. Si bien este Colectivo aún no cuenta con personería jurídica, sus más de 50 miembros son realizadores con obras reconocidas internacionalmente, lo cual le da al grupo mucho peso simbólico y sus referentes son escuchados.
La primera comisión directiva está formada por los directores Rodrigo Guerrero como presidente y Nadir Medina como secretario, y quien suscribe hace las veces de tesorera. Los vocales son Inés Barrionuevo y Martín Campos, y los revisores de cuentas Alejandro Cozza y Cecilia Oliveras. Así, tanto en APAC como en el CCC, la equidad de género se cumple entre sus representantes, y es una preocupación de ambas agrupaciones que así suceda y se implementen políticas al respecto.

Nadir Medina, director. Foto: Narciso Mellano
Rodrigo Guerrero tiene en su haber los largometrajes “El invierno de los raros”, “El tercero” y en 2019 estrenará “Venezia”. Es el presidente el CCC, y define que lo que caracteriza al cine de Córdoba es “la diversidad de temáticas y modos de producción. Sin dudas, estamos viviendo un auge de producción audiovisual que se inició a partir del año 2006, cuando se empezaron a estrenar largometrajes con o sin el apoyo del INCAA. Veníamos de una producción de cortometrajes abundante, de calidad, premiada a nivel internacional. En algún momento, nos animamos a dar el paso al largo y todo cobró otra fuerza. No podemos negar que las políticas federales de fomento, instauradas en aquellos años, ayudaron a la proliferación de los proyectos audiovisuales en todo el país. Pero me parece que Córdoba ya estaba preparada para dar el salto, un una tradición fílmica y con profesionales que decidieron no irse a Buenos Aires o al exterior y que apostaron a quedarse y a generar u polo de producción regional”.
Paola Suarez es una de las productoras que ha logrado vender material producido en Córdoba en el extranjero. Habla de los logros obtenidos en estos últimos años, y de los desafíos venideros para continuar creciendo de cara al futuro: “Creo que el mayor logro es producir, instalar a Córdoba como un nuevo Polo de Producción Audiovisual y legitimarlo como el más importante por fuera de CABA. Hoy la Industria Audiovisual es tenida en cuenta con potencial, con posibilidades de crecimiento reales, como una generadora de fuentes de empleo calificado. El desafío me parece que debería ir por lograr mayor formalización del sector, para desde ese lugar poder competir en otros espacios. Seguir profesionalizando el sector, optimizar procesos de producción, y que todos tengan acceso al fomento regional, nacional e internacionalizar. Para mi el futuro deseable tiene que ver con comprender que la producción audiovisual, con sus especificidades, necesita trabajar y cumplir objetivos en toda la cadena productiva: desarrollo, producción y distribución. Desde esa perspectiva los productores tenemos la obligación de pensar cada proyecto teniendo en cuenta el público ¿a quién le estamos hablando, cómo llegamos a ese público? ¿con qué herramientas de comunicación vamos a salir a difundir? Hoy hay un gran desafío en comunicar frente a «tanques» que se imponen con su poderío económico, pero también creo que hay una gran oportunidad en el acceso a las redes que hoy nos brinda la tecnología.
Hoy hay un gran desafío en comunicar frente a «tanques» que se imponen con su poderío económico, pero también hay una gran oportunidad en el acceso a las redes que hoy nos brinda la tecnología.
También el futuro deseable y en relación con las ventas y distribución internacional, tienen que estar puesto en el contenido. ¿Qué tipo de historias estamos contando? ¿desde qué lugar? y creo que ahí la paridad de género puede hacer la diferencia, porque seguramente hay muchas historias y desde puntos de vistas diferentes que aún no se han contado. Ahí existe una gran oportunidad para las mujeres pero también para nuestra joven industria que tiene la oportunidad histórica de cambiar el paradigma en el cual se inscriban los contenidos”.

Romina Savary, productora. Foto: Narciso Mellano
La educación sensible
Si fue posible todo este crecimiento del sector durante los últimos años, en lo que respecta a leyes, fomento y educación académica, es importante tener en cuenta el aspecto no formalizado que involucra a la forma de percibir la cuestión cinematográfica. Ya hacia 2006, un blog cuyo autor era el crítico Roger Koza capturó la atención de algunos realizadores. Posteriormente, tuvo lugar un seminario en el Cineclub Municipal bajo su coordinación (el cual se mantiene hasta nuestro días) en el convergen cinéfilos en general, realizadores e intelectuales. La perspectiva filosófica y psicoanalítica y la reflexión constante sobre el hacer/ver cine fue fundamental para que muchos realizadores estilizaran, de alguna manera, sus estilos narrativos.
La influencia de Roger en el campo realizativo cordobés es notable. A él se le debe que otros críticos y pensadores hayan empezado a hacer circular sus textos en distintos medios. Uno de ellos, por caso, es Martín Imparraguirre, quizás con una impronta que subraya aún más lo político, pero que definitivamente enriquece, y mucho, la mirada del espectador. Y por supuesto, la mirada y el hacer del realizador.
Roger Koza, en su lugar de crítico y programador con acceso a espacios internacionales, y Cecilia Barrionuevo, actual Directora Artística del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, quien durante muchos años trabajo en el Cineclub Municipal, son hoy por hoy dos grandes referentes cordobeses del pensar el cine, y los iguala un espíritu incansable y generoso de promover esta suerte de “educación sensible” que ha sido de gran influencia para toda una generación de público y realizadores locales. Y también, nacionales e internacionales.
Estudiar el fenómeno
Cristina Siragusa es Licenciada en Comunicación Social, Doctora en Semiótica, y ha realizado investigaciones acerca de las narrativas surgidas durante los últimos años. Estas investigaciones son objeto de ponencias, conferencias y publicaciones que se hacen dentro de ámbitos académicos tanto en el país como en el extranjero. Pero la cuestión no es sólo abordada por las carreras de artes y comunicación, sino que también el cine de Córdoba capturó la atención de investigadores provenientes de la Facultad de Ciencias Económicas.
Hernán Alejandro Morero es economista e investigador del CONICET. Desde hace tiempo estudia sectores industriales de diverso tipo. Junto a un equipo han realizado trabajos y ponencias sobre la producción cinematográfica de la provincia de Córdoba. “Empezamos a estudiar desde el 2011-2012 bajo la supervisión del doctor Jorge Motta de la Facultad de Ciencias Económicas, y al equipo lo integramos economistas y sociólogos, algunos provenientes de comunicación social, no todos especialistas en economía industrial y en economía en innovación. Lo que hemos estudiado fue básicamente con fines académicos, de investigación; queríamos caracterizar esta actividad productiva con sus particularidades, donde esta tensión entre lo artístico y lo industrial está presente y es bastante específico de la disciplina; esa tensión es lo que la distingue de otras actividades económicas».
«Hemos estudiado el sector, el sistema productivo, la sinergia de los distintos actores, los conocimientos involucrados (nosotros trabajamos siempre desde la economía del conocimiento) y se analizó como las distintas políticas han influido en las sinergias de los distintos tipos de actores; en la conformación de estas políticas o en el aprovechamiento de las mismas (no son lo mismo, por ejemplo, políticas nacionales que provinciales). Hemos incluso estudiado para congresos de economía crítica, aspectos que comparan políticas de distintas provincias», agrega Morero, y cierra: «nuestros temas de estudio principales son la conformación del sistema productivo, el rol de la política pública y la novedad o innovación en la producción audiovisual. Lo que hemos tomado como primera conclusión es que hay competencias productivas importantes en la provincia de Córdoba. Eso se refleja en los niveles de producción (largos y cortometrajes). A partir del 2005 en adelante hay una suerte de ‘explosión’ de la producción cinematográfica. Puede parecer obvio desde adentro, pero no es poca cosa, porque vos ves la actividad en otras regiones y no se visualiza ese desempeño”.
Hay mucho más para decir, para profundizar, para ejemplificar. Pero el espacio y tiempo para ello aquí se corta. Lo que no se corta es esta primavera, que promete prolongarse por mucho tiempo.
«Ese es nuestro oficio… testimoniar el llanto, testimoniar la historia. Cantarles a la pasión, a la poesía: ser memoria». Leonardo Favio
Links útiles:
Facultad de Artes http://artes.unc.edu.ar/
Polo Audiovisual https://poloaudiovisual.cba.gov.ar/
Cineclub Municipal http://cineclubmunicipal.org.ar/
Roger Koza http://www.conlosojosabiertos.com/
APAC Asociación de Productores de Córdoba www.asociacionapac.org
Colectivo de Cineastas de Córdoba https://www.facebook.com/colectivodecineastascba/
Autora:
Daniela Goldes
Es Licenciada en Cine y Televisión, egresada de la Facultad de Artes, Universidad Nacional de Córdoba y técnica en Medios Audiovisuales egresada de La Metro, escuela de Comunicación Audiovisual. Trabajó en los equipos de producción de los Festivales Nacionales de Cortometrajes OBERA EN CORTOS por la Identidad y la Diversidad Cultural (primera edición) en Oberá, Misiones, y en los festivales ANIMA y CORTOPOLIS de la ciudad de Córdoba durante el período 2003-2007.
En 2008 fue secretaria de Coordinación de Gestión del CePIA, Centro de Producción e Investigación, Facultad de Artes, Universidad Nacional de Córdoba. De 2010 a 2014 se especializó en Buenos Aires como guionista, realizando talleres de escritura para cine con Patricio Vega, Jorge Maestro, Aida Bortnik, Fernando Castets y Juan Campanella. Como realizadora dirigió los cortometrajes “La Resistencia” (2005) e “Hilda” (2014), ambos participantes de numerosos festivales internacionales.
Entre 2016 y 2017 realizó junto a otros 7 directores y bajo la coordinación de German Scelso el largometraje documental “Córdoba Sinfonía Urbana”, estrenando en la sección PANORAMA ARGENTINO del 32 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Desde 2015 es docente adscripta de la cátedra de cine y narrativa UNC y actualmente coordina los talleres de formación profesional organizados por APAC y financiados por el Polo Audiovisual de la provincia de Córdoba.
Es socia de APAC, Asociación de Productores Audiovisuales de Córdoba y miembro y tesorera del Colectivo de Cineastas de Córdoba (CCC).
1 COMENTARIOS DE LECTORES
¿QUERÉS COMENTAR?Excelente!! Está naciendo un nuevo festival de cine cordobés.