Cine a la Intemperie. La integración social y el intercambio cultural recorren Latinoamérica

De Córdoba a Tijuana. Diecinueve países latinoamericanos visitados, 40 mil kilómetros recorridos, casi 150 funciones, llegando con cine independiente y social adonde nadie llega. Proyectando en plazas, canchas, calles, escuelas rurales, cárceles, orfanatos, asilos, correccionales, centros culturales, jardines de infantes. Con un mínimo de apoyo, tanto estatal como privado. Con pasión. Con una consigna como guía: “por una exhibición alternativa de nuestra cultura audiovisual”. Y una visión del cine como herramienta, “como un soporte fundamental de integración social e intercambio cultural que ayuda a sembrar una mirada crítica y a concebir una conciencia colectiva en torno a cómo percibimos y comprendemos la realidad”.

En el camino quedaron su estanciera IKA (Juana), los muebles que vendieron para financiar la aventura, el ser parte de la creación de la Red de Cines Itinerantes de América Latina, el libro “Cine a la Intemperie: Instantáneas de dos mujeres por Latinoamérica” y un film documental de igual título, coproducido con Magoya Films y la Universidad del Cine, que ya está recorriendo el continente. Y por supuesto, la aventura no se detiene.

El proyecto se llama Cine a la Intemperie, y las emprendedoras viajeras son Viviana García (platense, licenciada en Cine y TV, fotógrafa, productora) y Griselda Moreno (salteña, licenciada en comunicación social, periodista y fotógrafa de aventuras y viajes), a quien entrevistamos para Emprende Cultura con el objetivo de conocer más sobre esta experiencia única.

DE LA IDEA A LAS RUTAS

Federico Borobio – ¿Cómo nace la idea, qué las motivó?

Griselda Moreno – La idea surge de mi compañera Viviana García y una colega suya, Verónica Rocha, dos cineastas que deciden unir los audiovisuales con su pasión por los viajes. Viviana con experiencia en fotografía y en producción de cortos y Verónica en dirección de documentales.

Visualizar la posibilidad de mostrar trabajos independientes que no entraban en los circuitos comerciales fue un disparador. La experiencia de las dos comenzó a darle forma a la posibilidad de traspasar las fronteras y expandir la idea de proyectar en otras culturas de nuestro continente audiovisuales argentinos y latinoamericanos de una manera alternativa, bajo el formato de un Cine Itinerante. Me sumo yo (Griselda) al proyecto 6 meses antes de partir, aportando desde mi experiencia en el periodismo, fotografía de aventuras, montañista, y años de trayectoria de viajera. Verónica por diferentes motivos decide no viajar y finalmente esta historia la escribimos Viviana y yo.

La idea se llevó adelante porque creemos que la expresión cultural por medio de la imagen aporta valores, identidades y significados que van más allá del valor comercial y se comprometen carnalmente con lo social. Cine a la Intemperie se basó en la idea de proyectar audiovisuales que ayuden a producir una reflexión en el espectador y quizás luego, un cambio. Quisimos fortalecer la diversidad cultural mediante la exhibición de distintas realizaciones independientes de creadores y creadoras “de” América Latina “en” América Latina para ayudar a conocernos y reconocernos, internarnos en la matriz latina, su esencia, descubrir sus miradas, entrelazar las manos fraternalmente, sentirnos identificados, unidos por eso que algunos llaman latinidad. Porque la historia de nuestros pueblos necesita ser difundida.

FB – ¿Cómo armaron, planificaron y financiaron la primer gira?

GM – En la mayoría de los proyectos independientes sin fines de lucro, el sustento económico siempre es difícil de conseguir. A pesar de que se golpearon un sinnúmero de puertas, no pudimos obtener un sponsor que nos permitiese despreocuparnos del todo antes de partir. Resolvimos algunos requerimientos de equipos (un reproductor de DVD, la pantalla de cine) y de folletería mediante el apoyo de entidades públicas y privadas, pero la obtención del equipo de sonido portátil fue producto de una venta garaje que una de nosotras (Viviana) hizo de todas sus cosas, al igual que comprometer una suma de dinero mensual para cubrir los gastos mínimos necesarios de alimento, oficina, combustible, etc.

Pero sabíamos que con sólo este monto no nos alcanzaba, había otros gastos posibles que podían desencadenarse de imprevistos con el vehículo, con alguno de los equipos u otras cosas. Este no era un viaje de mochilas. Pensamos entonces que una buena forma de conseguir el resto del dinero era mediante convenios con instituciones, municipalidades, asociaciones, etc., basándonos en el intercambio y en la ayuda mutua. Y eso hicimos. Pudimos torcer la voluntad de algunas grandes compañías para que apoyen este proyecto. Sucedió sobre todo con los gastos que requerían sumas grandes, como los cruces de mar entre Colombia y Panamá y México y Venezuela, donde el Cine Móvil tenía que viajar por container.

Y nos convertimos en unas autogestoras imparables, donde lográbamos cosas muy buenas, pero también era un gasto de energía importante.

FB – ¿Con que criterio seleccionan el material, y cómo lo obtienen?

GM – Son obras que permiten la reflexión en torno a problemáticas de género, derechos humanos, derechos del niño y la niña, derechos de los pueblos originarios, las luchas de la clase obrera, la marginación, el cuidado del medio ambiente, etc. Hay una gran necesidad de la reflexión, la palabra y la acción en torno a estas problemáticas. Creemos que la difusión de audiovisuales que abordan estas cuestiones es una manera de posibilitar el diálogo en nuestro recorrido por Latinoamérica. Los audiovisuales elegidos tienen, además, una gran calidad narrativa y estética.

En la Gira Latinoamericana pudimos reunir más de 500 audiovisuales, y habíamos salido de Argentina con 40. Todo el material que tenemos tiene permiso de difusión por parte de sus realizadores en el marco de nuestro proyecto. En un principio se hizo una convocatoria para armar la mochila de películas, pero luego fueron los propios cineastas quienes nos fueron acercando el material para que lo difundamos. En el caso de algunas obras le podemos hacer copias a quien lo solicite.

IDA Y VUELTA

FB – ¿Cómo definen los recorridos?

GM – Entre la improvisación y las invitaciones.

FB – ¿Lugares donde no estuvieron a los que les gustaría llegar?

GM – Como país insular solo estuvimos en Cuba, nos gustaría visitar más islas.

FB – ¿Tuvieron algún apoyo estatal, pidieron ayuda al Ministerio de Cultura de la Nación o al INCAA (Instituto de Cine y Artes Audiovisuales)?

GM – Si tuvimos algunos, sobre todo de nuestras provincias: Salta y Córdoba. Y hemos podido trabajar con varios Municipios logrando intercambios y facilidades. También hemos tenido apoyos de algunas Embajadas y Consulados Argentinos durante el viaje y en las presentaciones de nuestra película y el libro.

Con el INCAA pudimos coproducir una breve gira por la Patagonia presentando nuestra película, luego de mucho tiempo de tratar de lograr algo con ellos. Y el proyecto fue declarado de Interés por la Secretaría de Cultura de la Nación, pero apoyos económicos no tuvimos. También fue declarado de interés por Cancillería de La Nación, quienes nos apoyaron en un viaje al exterior una vez.

FB – ¿Y de empresas o del sector privado?

GM – Las empresas privadas que nos apoyaron con altos montos, luego de gestiones de semanas y una persistencia inquebrantable de parte nuestra, fueron líneas marítimas que nos ayudaron a realizar los cruces por agua en la gira latinoamericana. La camioneta tuvo que moverse en un container desde Colombia a Panamá en la ida al norte y desde México a Venezuela en el regreso al sur. Se trataban de miles de dólares, que no podíamos para nada costear.

En Argentina una línea de bus estuvo con nosotras un tiempo para poder viajar a reuniones o presentaciones del proyecto en el país. También recibimos ayuda de amigas y amigos con algunos emprendimientos privados que nos apoyaron en momentos puntuales.

FB – ¿El mejor momento, ese que justifica todo el esfuerzo?

GM – Regresar a casa con la satisfacción de un objetivo-sueño cumplido.

FB – ¿El peor momento, ese que te deja a punto de tirar la toalla?

GM – Con sinceridad no hubo un peor momento, quizás había una preocupación diaria de gestionar fondos y a veces nos entristecían un poco las respuestas negativas. Pero tuvimos más momentos insólitos que otra cosa. Desde encontrarnos bajo la lluvia en medio de las Yungas Bolivianas a un amigo cordobés y traer a la memoria a la Mona Giménez, a dormir en centros mineros habitados de meros hombres, desde patinar con la camioneta bañada en aceite y terminar estampadas contra la banquina en Medellín, a vernos sumidas entre mecánicos de baja estima intentando resolver problemas mecánicos…esta historia está teñida de aventuras.

UN CONTINENTE LATIENDO EN EL CORAZÓN

FB – ¿Qué aprendiste sobre las personas, sobre la vida… qué aprendiste sobre la cultura?

GM – El viaje, de acuerdo como se lo aborde, ocasiona en el individuo esa trascendencia limítrofe de pertenencia y te deposita en esa condición de sentirte parte del lugar, ciudadano del mundo. Las barreras desaparecen, los prejuicios se derrumban y solo queda el hecho de la bienvenida moldeada en amistad. Si el viaje va acompañado de un proyecto que amplía la mirada de un ser viajero individual, esa trascendencia es aún más interna. El viaje cobra la profundidad que cada uno desee escarbar. Por supuesto tiene que ver el tiempo de permanencia, la elección de los lugares y la actitud con la cual se los visita.

Las lecturas se hacen de diferentes formas cuando se  interactúa con los pueblos. En nuestro caso, bastante de esa lectura fue de la mano del cine. No solo el entendimiento en cuanto se ve, sino la sensibilidad que luego deja lo que se ve, la apertura de nuestro público, su razonamiento explícito o su timidez, las formas de expresarse y de emocionarse. Todo esto hace que uno se sumerja en sus humanidades y la superficie quede arriba.

Con un proyecto se va viajando, pero ese viaje es ir trabajando, gestionando, conocer las dos caras de las ciudades, de los lugares. Por dar un par de ejemplos, entender los tiempos de gestión en Bolivia, México, Perú, que son totalmente diferentes. Cartagena de Indias no es solo caminar la hermosa ciudad amurallada, es tomarse también un transporte público urbano y asistir a como algunas personas suben con una botella rota en mano a pedir dinero.

El viaje cambia, mueve, enriquece. Angeles Mastreta lo ilustró tan bien cuando dijo: “Irse de un sitio entrañable, dejar un paisaje que nos conmueve y arrebata, sin saber cuándo podremos verlo de nuevo, si volverá a existir para nosotros, nos estremece sin remedio como un atisbo de la muerte. Por más que vivamos como vivos eternos, al despedirnos, dice la canción, siempre nos morimos un poco.”

Si eso pasa, es que se ha viajado y en consecuencia vivido intensamente, y lo que ha interactuado finalmente, más allá de los aspectos culturales, han sido los corazones. Este viaje significó nuestra apertura a un maravilloso mundo llamado América Latina y la fortuna de haber caminado sobre un hermoso e inolvidable sueño.

FB – Aquello que surgió como un proyecto abstracto y original, se convirtió en un documental y un libro, ¿cómo vivieron ese proceso?

GM – Quizás, “cómo” vivir el proceso, tenga que ver con el grado de compromiso que se decida poner en el proyecto. En nuestro caso fue una entrega, una apuesta que no solo tenía miramientos sociales, culturales, educativos, sino un tránsito claro por lo que uno cree y desde su condición intenta dar lo mejor de sí. Fue difícil desde que salimos hasta que regresamos. La ilusión puesta en la etapa de diseño de Cine a la Intemperie, la cual la llevó adelante una de nosotras (Viviana García) con otra colega documentalista (Verónica Rocha) plantando la simiente de todo este proyecto, también tuvo sus obstáculos que se tuvieron que sortear.

La realización de estas dos obras que hoy nos convocan y nos llenan de satisfacción igualmente fue una ardua labor. La búsqueda de financiamiento para proyectos que no persiguen fines de lucro agota y muchas veces desanima, pero siempre cuando todo se tornaba en oscuridad, un halito de luz aparecía para renovar las energías y las esperanzas de lo que estábamos haciendo valía. El que solo fuésemos y aún seamos dos personas llevando adelante TODO también es difícil. La sostenibilidad del proyecto es una lucha diaria, tanto cuando estábamos en viaje, como ahora.

No obstante, fue un proceso lleno de alegrías y gente nueva todos los días, un proceso sobre todo lleno de solidaridad por parte de la familia, amigos, amigas y gente que no conocíamos que nos dieron y dan una mano siempre. Un proceso cargado de latinidad. Quizás hoy podamos decir, que tenemos un continente latiéndonos en el corazón.

FB -¿Y ahora qué sigue?

GM – Salimos con propósitos y con convicción hacia los mismos. Hemos cumplido los objetivos geográficos, culturales y sociales en la medida de todas nuestras posibilidades, y en algunas instancias, hemos superado nuestras expectativas. Los objetivos fueron mutando o ampliándose. Por ejemplo, si en un principio pensábamos que el publico de Cine a la Intemperie eran los pueblos remotos del continente, precisamente por la inaccesibilidad de la cultura audiovisual para esta gente, nos dimos cuenta que los habitantes de los barrios populares de la periferia de las grandes capitales tampoco accedían.

El balance sin dudas es muy positivo. En un comienzo había cierta inquietud sustentada en el aspecto financiero. No es lo mismo salir con 300 dólares en un bolsillo, una mochila y ver como caminar la ruta. Este fue un proyecto que se concibió con todo un propósito, con una camioneta y muchos equipos que manipular y cuidar, con dos personas que debían armonizar y con objetivos que presuponían cierta suma de dinero para palear los gastos que el viaje nos anteponía y los objetivos diseñados proponían.

A medida que el tiempo fue corriendo y nosotras nos fuimos acomodando esas inquietudes se fueron evaporando y se transformaron en certezas. Ya no nos importaba que desafío se pusiera delante, algo había germinado en nosotras que nos llevaba siempre a pensar que lo resolveríamos de alguna u otra forma. Teníamos entonces esa especie de paz, aunque por supuesto, con llevaba esfuerzo y tiempo del que a veces no disponíamos, pero siempre tuvimos un gran espíritu, una marcada perseverancia y una profunda convicción en lo que hacíamos y eso nos ayudó a trasponer cualquier tipo de fronteras.

La primera etapa de Cine a la Intemperie la hemos terminado, que fue el viaje en sí. La segunda etapa también, que fue la producción de dos obras: una película y un libro que resumen esta travesía junto cine y Latinoamérica. La tercera Etapa es la transitamos en este momento, que es la “mostrar” lo que hicimos. Lo estamos haciendo con breves giras en el país y con la participación en distintos festivales de cine tanto en Argentina como en países de Latinoamérica. Ya la hemos podido estrenar Bolivia, Colombia, Brasil, Paraguay, Chile, Venezuela.

Luego el proyecto gira permanentemente, a partir de las Muestras que organizamos del material que tenemos en distintos Festivales y Muestras de Cine en el continente. Ojalá trascienda ese límite del inicio y el final y pueda eternizarse en otros proyectos sucesivos y en este documental y libro que cuentan esta experiencia, imágenes y páginas deseosas de utilidad, que sirvan para motivar.

Web del proyecto: http://www.cinealaintemperie.com.ar/

AUTOR

FEDERICO BOROBIO. Emprendedor cultural, periodista y fotógrafo. Creador y director del portal Recursos Culturales, la revista Emprende Cultura y el proyecto comunitario El Comando de la Felicidad. En 2007 realiza el posgrado en Gestión y Política en Cultura y Comunicación (FLACSO). Hasta 2004 fue codirector de la productora y espacio La Nave de los Sueños y del Festival Internacional de Cortometrajes Sueños Cortos.

1 COMENTARIOS DE LECTORES

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  1. mariacristinacarino on 31 marzo, 2015

    GRACIAS FEDERICOO!!BOROBIO POR TU VIDA POR LA PÀSION Y SERIEDAD DE TU PROFESIONALISMO.. PORQUE NOS PERMITES ACCEDER A UN MATRIAL INSÓLITO EXCELNTE IMPENSABLE ..QUE NOS RECREA ,.. NOS CULTVA NOS INSPIRA .. GRACIAS POR SER Y ESTAR,….
    EN ESTA ARGENTINA CAMBIANTE,. GENTE ASÍ SON EL ANCLA TAN NECESARIA COMO EL AGUA Y EL AIRE QUE RESPIRAMOS
    GRACIAS !!
    MARIA CRISTINA CARINO DALMAU mariacristina.carino@gmail.com

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