AfroAtenas: el gran desafío de la autogestión sociocultural en Cuba

En un barrio alejado del centro histórico (circunscripción No. 34 del Consejo Popular de Pueblo Nuevo), en donde las caras sonrientes y el buen humor cubano se disuelven en gestos tensos y desconfiados,  comenzó a tomar forma, a partir del año 2009, el Proyecto Comunitario de Integración, Intervención y Transformación Sociocultural AfroAtenas.

Entre La Habana y Varadero, los dos grandes polos turísticos actuales de la Isla de Cuba, y equidistante a ambos, la ciudad de Matanzas es un lugar de paso para los turistas distraídos por los atractivos naturales de la isla caribeña.

Sin embargo, para aquellos interesados en internarse en el rico acervo cultural de la isla, Matanzas es un punto fundamental. En un barrio alejado del centro histórico (circunscripción No. 34 del Consejo Popular de Pueblo Nuevo), en donde las caras sonrientes y el buen humor cubano se disuelven en gestos tensos y desconfiados,  comenzó a tomar forma, a partir del año 2009, el Proyecto Comunitario de Integración, Intervención y Transformación Sociocultural AfroAtenas. Este grupo autogestivo debe su nombre a la conjunción del vocablo Afro, por ser Matanzas considerada como la Ilé-Ifé (la ciudad sagrada de los Yorubas), zona donde se siguen conservando las tradiciones religiosas ancestrales africanas; y Atenas, por ser Matanzas la Atenas de Cuba: Se trata de un modo de hacer la cultura sostenible a través de la articulación, el enfoque de género, las tradiciones y/o costumbres populares y el patrimonio identitario de la comunidad […] Además de perseguir un mejoramiento de las condiciones de vida de los hombres y mujeres que habitan en el barrio, alcanzando un bienestar social a través del sentido de pertenencia de los pobladores y las pobladoras hacia el lugar donde viven, ya que como dijera Freire: Existir humanamente es pronunciar el mundo, es transformarlo”, sostiene el folleto que los visitantes reciben.
La importancia y valor de esta iniciativa cobra mayor relevancia en una isla con las particularidades de Cuba; en la que lo autogestivo se dificulta aún más que en otros países, a causa del histórico bloqueo norteamericano a la isla, que impone la escasez de recursos para la comunidad (desde el acceso a materiales artísticos hasta insumos básicos de limpieza) y el limitado acceso a información actualizada sobre modelos de gestión cultural y modos de financiamiento.

Todos los segundos y cuartos fines de semana de cada mes se hacen actividades culturales en la comunidad, que no hace tanto, asentaba sus bases en un antiguo basural. Estas actividades se han ido organizando y articulando en tres frentes. En primer lugar, el Callejón de las Tradiciones, construido sobre el antiguo basural, que es el primer producto turístico comunitario en la ciudad que pertenece a la Ruta RumbaWays de Paradiso Cultural. Esta iniciativa permite que la comunidad ofrezca un atractivo turístico (principal fuente de ingresos de la economía isleña) conformado por galerías y talleres de artes, tiendas de artículos religiosos, laboratorios de arte, y proyectos de patrimonio y medio ambiente (ej. Reforestación agrícola ambiental de la cuenca hidrográfica del rio San Juan).

Un segundo frente es la Iniciativa Municipal de Desarrollo Local que promueve el Ateneo de la Rumba, la celebración del Festival Internacional de Rumba TIMBALAYE, y el Taller Internacional de Antropología Social y Cultural de Casa de África.

Por último, un tercer frente es el Centro de Gestión para el Desarrollo Cultural (Edificio Villanueva) que ofrece talleres de cultura popular, formación académica en temas relacionados con la equidad de género, la no discriminación, la no violencia, la no exclusión, brechas e inequidades sociales, desarrollo endógeno, liderazgo y trabajo comunitario. Yoelkis, el director del proyecto, explica que “El callejón es la parte comunitaria del proyecto. El Centro de Gestión es la sección para la formación de capacidades, la investigación y las relaciones institucionales e internacionales, la sede hoy del proyecto. Mientras que la Iniciativa Municipal de Desarrollo Local es el modo de hacer una cultura sustentable con negociaciones financieras a través de servicios culturales. Estos y las otras secciones previstas y en uso conforman todo lo que es AfroAtenas. Cada frente tiene su librito, su metodología y mil puntos de contactos, porque han sido diseñados para depender uno del otro y estar entrelazados como una tela de araña”.

Esta telaraña, este gran tejido que ha logrado erigir Yoelkis y su grupo llama la atención a los curiosos e interesados en el mundo de la gestión cultural, e invita a una pregunta obvia respecto a cómo surgió la idea, cómo fue ganando cuerpo, y qué modelos de gestión ayudaron a inspirar su conformación: El modelo seguido es difícil de especificar, dado que es la mezcla de muchas estrategias diseñadas desde nuestra realidad. La intervención, la transformación, y la integralidad e inclusión de todos los procesos ha sido el secreto que vuelve loco a todo aquel que intenta entendernos, o a veces, como se dice en Cuba, “jodernos”. El conocimiento de economía general, la antropología y la metodología aplicadas a proyectos comunitarios, preceptos del marxismo-leninismo, la teoría del cambio, arquitectura y muchos más saberes, hacen de AfroAtenas un modelo de aplicación para su contexto que puede ser adaptado a otros pero a su contexto principalmente. Tenemos contactos no directos con todos los que llegan a nosotros, pues es difícil establecer un nexo directo de trabajo con el extranjero porque el mismo recurso monetario lo impide. El intercambio es el medio de ampliar horizontes y nuevas formas de hacer, espero que en algún momento se fortifique.
«La intervención, la transformación, y la integralidad e inclusión de todos los procesos ha sido el secreto que vuelve loco a todo aquel que intenta entendernos»

Los primeros pasos por los suburbios matanceros

En el siglo XIX el territorio fue un sitio clave para la economía cubana por convertirse en uno de los principales centros de la industria azucarera y el puerto de salida y entrada de esclavos a la isla.  Por este motivo, la ciudad tuvo una de las mayores concentraciones de esclavos del país, y por ende, una impronta cultural africana muy marcada en comparación con otras regiones del país (la religión de la santería y la rumba como género musical derivado de esta, por ejemplo). Asimismo, por su desarrollo cultural y literario, Matanzas fue llamada “la Atenas de Cuba”, proclamada así el 17 de febrero de 1860.

En la actualidad, lo primero que llama la atención cuando uno recorre el espacio que ocupa AfroAtenas es que se trata de una de las zonas más vitales de la ciudad, por la luminaria pública (muy escasa en los otros barrios) y el colorido de sus muros.

El director y creador del proyecto, Yoelkis Torres, de 33 años que tenía tan solo 24 años cuando creó e impulsó el proyecto, activista desde los 15, y recién graduado de una Maestría en Estudios históricos y antropológicos (su tesis estudió los aportes de la Antropología Sociocultural, Urbana, Patrimonial y Religiosa en el proyecto AfroAtenas), cuenta que «el espacio era un inmenso basurero que ocupaba casi 7 cuadras lineales hasta llegar al río San Juan, por toda la calle San Ignacio. Imagínalo y agrega ratones, cucarachas, pestilencia, lomas de escombros, en fin, todo un paisaje rupestre un tanto desagradable. El área donde estamos era la sección económica de la barriada y estaba llena de almacenes de los que hoy casi no existe huella. Eran almacenes para azúcar, café y otras mercancías que salían o entraban por el puerto matancero, cuando éramos una potencia económica.  Lo intervinimos con los vecinos haciendo trabajos de limpieza ardua y continua, y luego a través del toque cultural como eje de transformación. Principalmente con actividades rumberas los segundos sábados de cada mes. Involucramos al gobierno local, a la Casa de cultura, a la Dirección Provincial de Cultura y proyectamos acciones desde 2012. Porque entre 2009 y 2011 estuvimos investigando la cultura popular tradicional y buscando apoyo para la idea inicial del proyecto en diferentes instituciones que estaban en el país, desde los municipios de Santiago de Cuba hasta Pinar del Río.  Luego, gracias a las nuevas políticas económicas que aparecieron en el 2013 con los conocidos lineamientos del VI Congreso del PCC (Partido Comunista Cubano) en el país, pudimos alcanzar parte de lo que se ve hoy».

No solo se destaca la gran labor, creatividad e iniciativa de Yoelkis, sino del grupo heterogéneo que logró conformar: «Primero fui solo yo. Cuando tuve la idea escrita y estructurada, comencé a sumar amigos y amigas de mi círculo de jóvenes LGTBIQ+. Lo más diferente posible al canon aceptado por la supuesta sociedad. Luego los vecinos y vecinas del barrio se sumaron, y posteriormente amigos y amigas que comencé a hacer en mis presentaciones fuera de la provincia, ya que dentro de ella la idea era cosa de un loco sin sentido. Gran parte de la idea y la iniciativa se la debo a mi madre negra, Sandra Hernández Moncada, quien me asesoró en todo y guió hasta los últimos días de su vida; y a Yasset y Dariel quienes durante 5 meses y medio sacrificaron todas sus tardes para oficializar un primer documento de nuestro proyecto. Así fue armándose un grupo gestor que hoy está conformado por 34 personas y otros grupos de trabajo para el activismo. Pero los vecinos y vecinas son la columna dorsal del trabajo, pues son los principales beneficiarios».

«Primero fui solo yo. Cuando tuve la idea escrita y estructurada, comencé a sumar amigos y amigas de mi círculo de jóvenes LGTBIQ+. Lo más diferente posible al canon aceptado por la supuesta sociedad. Luego los vecinos y vecinas del barrio se sumaron»

La particularidad de que el grupo que coordina el proyecto pertenezca en su gran mayoría a jóvenes del colectivo LGTBIQ+ no es un dato menor, en un régimen como el cubano que continúa siendo bastante prejuicioso en relación a la diversidad sexo-genérica. Este elemento fue al mismo tiempo el impulsor inicial y un obstáculo más que el proyecto debió sortear. Yoelkis cuenta: «Soy gay y esta fue una de las razones que me llevó a cambiar de profesión para crear. Al sentirme muchas veces discriminado, quise mostrar todo lo que podían hacer personas como yo, que por tener un gusto sexual diferente éramos siempre marcadas como una plaga en esta sociedad machista. Ser un grupo de gays o “maricones” como vulgarmente se dice en Cuba, en todos los ambientes oficiales y no, fue y es un problema. Hoy aún después de tanto batallar del Cenesex (Centro Nacional de Educación Sexual) lo sigue siendo. Porque somos aquellos diferentes, que tienen pensamientos diferentes y peligrosos, somos los que hay que tener en la mira constantemente. Más aún cuando hay algunos decisores bien homofóbicos de los que tenemos pruebas. En el barrio pensé que sería más difícil entrar, pero no fue así. Porque cuando empezamos a darle valor a sus símbolos culturales y religiosos, cuando vieron que cambiábamos su entorno y la desagradable realidad que vivían, el respeto creció tanto que yo, que soy el que más vivo en ella, recibo un inmenso respeto y admiración de todas y todos. A veces me asombra ver cómo lo que hablo y digo delante de los llamados “machos”, varones masculinos, es cumplido y mejorado. Hoy lo certifico con el grupo de no violencia creado hace unos meses. Y eso me gratifica mucho. Hoy somos los representantes en la provincia de la red comunitaria del Cenesex: Humanidad X la Diversidad HxD, y defendemos los derechos sexuales como derechos humanos. Eso debe hacer que siga cambiando la realidad. Pero vivimos en una sociedad patriarcal y muy machista, que esto cambie de repente es imposible».

Esta comunidad para la cual Yoelkis y su grupo comenzaron a armar el proyecto AfroAtenas es multicultural y pluriétnica. Está conformada en su mayoría por descendientes de africanos, españoles, coreanos, haitiano-franceses, y muy abandonada. «Esto acrecienta la delincuencia, la violencia –señala Yoelkis- y otros factores que borran valores y nuestra identidad, provocan desarraigo y pérdida de interés. Un tema conflictivo, pues para mi es el modo de desmoronar lo construido, porque quien debe hacer las cosas no las hace o mira hacia otro lado, empeorando la situación económica y social de vivienda o convivencia de toda la vecindad que cada día es más gris, y está llena de huecos, basureros y derrumbes, enfermedades y tantas cosas más que mencionarlas causa depresión».

Mirar hacia adentro de la comunidad

El panorama social de la comunidad fue la principal variable estudiada a la hora de diseñar el proyecto. Esto permitió crear un diagnóstico gracias a información recogida en reuniones con la comunidad y las instituciones. Las problemáticas fueron organizadas en tres áreas: Medio ambiente; Patrimonio, identidad y valores; y Servicios necesarios al desarrollo: «Con ellos hicimos el árbol de problemas y de objetivos y comenzamos a trabajar desarrollando un proyecto metodológico que se convirtió en referencia nacional a través del CIERIC (Centro de Intercambio y Referencia Iniciativa Comunitaria), FLACSO, Casa de África y diferentes universidades del país, señala Yoelkis. Por este motivo, los objetivos de AfroAtenas son lograr participación y equidad en la comunidad, no perder los valores y la identidad del barrio, conservar el medio ambiente y generar más servicios culturales que propicien nuevas formas de empleo e ingresos a la comunidad y el proyecto. Todo con un enfoque de género y generando una nueva visión de la comunidad».

El proyecto comenzó a recibir financiamiento en el año 2014 a través de la Convocatoria de Microacciones de la COSUDE (Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación) de la Embajada de Suiza en Cuba, lo que les permitió construir una sede física e institucionalizar el trabajo que venían desarrollando. Esta seriedad les permitió sumar en el año 2016 el financiamiento proveniente de la Embajada de Canadá en Cuba, y continuar, en 2017, con COSUDE a través de la plataforma de participación y equidad que es una de las líneas esenciales del proyecto. Asimismo, reciben asistencia del Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo Cárdenas de Cuba, que ha permitido la visibilización del proyecto como ONG dentro y fuera del país.
«Los objetivos de AfroAtenas son lograr participación y equidad en la comunidad, no perder los valores y la identidad del barrio, conservar el medio ambiente y generar más servicios culturales que propicien nuevas formas de empleo»
Otro aspecto relevante en relación con la obtención de fondos para sustentar la iniciativa, es la relación que sostienen con el Estado revolucionario cubano. Este los representa a través de  la Dirección de Cultura de la Provincia porque no pueden tener aún personería jurídica. En 2017, entonces, se institucionalizó el espacio como un Centro de Gestión para el Desarrollo de la Cultura, logrando complementarse junto a la nueva Oficina del Conservador de la Ciudad que se propuso eliminar las brechas e inequidades sociales, junto a la mediación de conflictos urbanos y culturales en el barrio. A pesar del financiamiento recibido, Yoelkis desataca que «el Estado ayuda en todo lo posible,  aunque pienso que debe ayudar más porque la comunidad lo necesita y muchísimo y es el máximo responsable de la sociedad y todas esas familias que la conforman… Necesitamos más fondos, todos  los posibles para hacer más cosas en el menor tiempo posible y así sentarnos a producir más arte, cultura y cubanía en espacios libres de estigma, discriminación y violencia. Algo que expandimos a otros proyectos dentro y fuera de la provincia porque asesoramos a muchos en relación a la obtención de fondos para que tengan una posibilidad de crecimiento».

Como una tela de arañas

A pesar de todas estas innovaciones y fortalezas del proyecto, el grupo atraviesa permanentemente dificultades. Estas van desde la tradicional búsqueda de fondos para autosustentarse, como sucede en todos los proyectos de autogestión, hasta problemas de abastecimiento característicos de toda la isla de Cuba. Según Yoelkis, «necesidades tenemos muchas. No desaparecen nunca a causa de las condiciones actuales que atraviesa el país y, especialmente, el área cultural. No hay instrumentos musicales, ni material de artes plásticas, lo que impide que puedas formar o educar las habilidades o el amor por las artes, e incluso poder utilizarlos como terapia para personas enfermas. Suplir estas necesidades depende en gran medida del empoderamiento que logremos del barrio y su gente, por eso estamos en constante búsqueda de fondos. Las dificultades se analizan y se combaten. Estas provocan en nosotros fortalezas y acentúan con más fuerzas nuestras intenciones. Aunque a veces pienso que más difícil que las necesidades son las mentalidades, eso sí es un problema que provoca de TODO. Nuestro mayor problema últimamente es no tener medios como equipos de audio, entre otros elementos. Pero aun así hacemos noches de cines, radio bases, descargas musicales, peñas mexicanas, tarde de la rumba. También se desarrollan talleres de formación como clases de canto, danza y percusión, trabajo comunitario, liderazgo, racismo y comunidad, redes comunitarias y su funcionamiento, género, desarrollo local, mujeres emprendedoras, barbería y peluquería, entre otros tantos».

Actualmente, AfroAtenas espera la construcción de un anfiteatro en uno de los antiguos galpones que se utilizaban como depósito de caña de azúcar, ubicado al lado del bello Callejón de las Tradiciones. Una gran apuesta, que permite que el proyecto se expanda espacial y simbólicamente. Por otro lado, están impulsando una nueva iniciativa con niños, niñas y adolescentes con síndrome de down, de sotos y autismo, que les permita mejorar sus expectativas y calidad de vida y una convivencia digna para su salud. No hay límites para Yoelkis y su grupo, quienes se proponen como gran meta alcanzar la visión de un Ecobarrio cuya gestión se vuelva el eje de transformación y movimiento de la comunidad.

«Esperamos generar equidad, que la gente participe, que se elimine la marginalidad, la violencia y la discriminación. Que la gente toda se sienta parte del cambio y quiera hacerlo por sí misma. Me gustaría, también, que seamos independientes, para quitarnos tantos problemas de encima. Soy y somos ambiciosos sanamente. Sin ánimos de lucro, solo con la intención de cambiar. Y hay que luchar muchísimo por tan poco… más bien por lo que nos toca».

CONTACTO:

Email: afroatenas@atenas.cult.cu
Web: www.afroatenas.cult.cu
Facebook: https://www.facebook.com/afroatenas/
Coordinador General: Yoelkis Torres Tápanes

AUTOR

PIA PAGANELLI. Licenciada y Profesora en Letras (UBA, 2008), Especialista en Gestión en Cultura y Comunicación (FLACSO, 2012) y Doctora de la Universidad de Buenos Aires en el área de Literatura (UBA, 2014). Becaria de Doctorado y Posdoctorado de CONICET. Investigadora especializada en Literatura Brasileña y Latinoamericana. Es docente universitaria. Ha publicado diversos artículos en revistas académicas, especializados en Literatura brasileña y latinoamericana; y el libro P(r)o(f)etas del Reino. Literatura y Teología de la Liberación en Brasil (Imago Mundi, 2015).

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