Club del Disco, puente entre los músicos emergentes y el público

A los artistas les ofrece una posibilidad de llegar al público alternativa a las disquerías; al público, una selección exquisita de obras. Ambas implican un fin más profundo: “forjar  una red que ayuda a que los artistas emergentes desarrollen su música”.

¿Qué es un club? Palabras más, palabras menos, cualquier diccionario o enciclopedia consultada definirá el concepto como “un grupo de personas con intereses comunes”. En el caso del Club del Disco, el interés es la difusión de la música emergente argentina y regional y el “grupo de personas” que lo comparten, gigante: un grupo de “curadores” musicales que escuchan nuevas piezas musicales de variados estilos, seleccionan y describen pormenorizadamente a centenas de socios, amantes de la experiencia de “escuchar música más allá de calzarse los headphones en el colectivo”, describe Germán Andrés, periodista y uno de los curadores del club.

En su sitio web, la iniciativa se describe como “una manera distinta de descubrir y tener otra música”. A simple vista, es una vía de doble oferta: a los artistas, les ofrece una posibilidad de “llegar” al público alternativa a la de las disquerías; al público, una selección exquisita de piezas musicales. Ambas, no obstante, implican un fin más profundo: “Somos una pyme cultural”, propone Andrés, que al tiempo profesionaliza y otorga al Club una función social: “Más allá del mercadeo de discos, nos dedicamos a forjar y sostener una red que ayuda a que los artistas emergentes desarrollen su música”.

En 2005, dos músicos – Santiago Vázquez y Sami Abadi – y un economista – Rodrigo Sáenz – identificaron un problema en el mundo de la música: las dificultades que los músicos nuevos encuentran en la proeza de llevar sus creaciones a los oídos de las personas. Veían, entonces, que “música valiosa era marginada por la gran industria y los medios de comunicación, por no cumplir con ciertos estándares de carácter comercial en el mercado”, según apuntan desde la identidad virtual del Club del Disco. En diálogo con Emprende Cultura, Andrés amplía los motivos que posibilitaron el emprendimiento. “Una gran empresa y otra un poco más chica son las que distribuyen discos en todas las cadenas de disquerías del país”, puntualiza para graficar los altos niveles de concentración en los que está sumida la distribución discográfica argentina, a lo que le sumó el “riesgo” -”los disqueros no piden lo que no conocen, lo que es demasiado nuevo genera un riesgo tenerlo mucho tiempo parado”- y la falta de disquerías fuera de Buenos Aires.“Más allá del mercadeo de discos, nos dedicamos a forjar y sostener una red que ayuda a que los artistas emergentes desarrollen su música”

El Club del Disco se convirtió, entonces, en una especie de solución: un puente entre esos músicos emergentes y el público amante de la música. Andrés lo llama “herramienta”: “Cualquiera, si quiere, puede comprar un disco de Axel o Lali Espósito porque los encuentra en todos lados. Llegar a un disco de Ezequiel Borra o Martín Buscaglia es más difícil. El club es un herramienta para dar ese acceso”, explicó.

UNA ORILLA: LOS ARTISTAS

El emprendimiento no es solo un canal de llegada. Por mes, ofrece entre ocho y diez discos nuevos a sus cerca de mil socios, además de la “selección del mes” – el disco elegido por los curadores del Club -, acompañados de una descripción minuciosa de las características técnicas y estéticas de cada producto. Allí, su plus: “En una disquería reciben tu disco y lo ponen en un lugar, quieto, a la espera de que el público llegue a él. La dinámica que ofrece el Club es diametralmente opuesta: nos llega el disco, lo escuchamos, lo conocemos, lo evaluamos y si nos parece que sí, lo presentamos completamente a nuestros socios”, detalla Andrés. Esa atención dedicada a cada obra le otorgó a la iniciativa un sello de confianza en torno de la que los artistas que pasaron por esa selección, que integraron las recomendaciones mensuales del club, tejieron una red que se va fortaleciendo paso a paso a medida que se suman nuevos integrantes. “Hay un vínculo cercano con los artistas. Incluso muchos de ellos nos van recomendando escuchas, nuevos músicos”, advierte el periodista y curador. Hasta el momento, el catálogo histórico del Club del disco cuenta con 800 títulos, la mayoría de los cuales son argentinos – por cuestiones legales, solo comercializan las producciones de otros países que se reeditan en argentina -.
Desde sus inicios, el emprendimiento parió nuevas unidades de negocios: hace tres años son, además de un canal de distribución especializado, un sello discográfico que, por el momento, se volcó sobre todo hacia el jazz.el catálogo histórico del Club del disco cuenta con 800 títulos, la mayoría de los cuales son argentinos

OTRA ORILLA: EL PÚBLICO

Por una membresía anual de 120 pesos y la compra de, al menos, un disco por mes, uno se convierte en un socio activo del Club. A partir de entonces, recibirá la selección mensual de discos y “el disco del mes” cargado en el carrito de compras – quienes elijan la línea de curaduría folklórica recibirán una selección especial de discos -. Si así lo prefieren, podrán cambiar de obra o sumar otras a la compra mensual.

Pipi Piazzolla Trio, edición Club del Disco, diseño de Max Rompo

El Club puso primera con 200 socios fundadores, pero hoy cuenta con más de mil. Con los años, construyó su propio prestigio: “Somos el selector de las músicas argentinas que están en los márgenes. Somos el referente de calidad de esa música”, se anima el periodista. No por nada, disquerías de Japón y España compran discos seleccionados por el Club, y sus curadores son convocados a armar ofertas musicales de festivales de diferentes partes del mundo.
La manera de consumir música cambió desde que surgió el Club del disco hasta hoy. Andrés contextualiza: “No podríamos ser los mismos hoy que aquellos que fuimos cuando nacimos como emprendimiento. Aprendimos, crecimos, acompañamos los cambios que sufrió el universo en el que trabajamos. Hoy no se consume música de la misma manera, las condiciones de acceso a grabar un disco para los músicos también cambiaron: es mucho más fácil grabar un disco en tu casa que lo que era hace diez o 12 años”. El resultado del paso de los años es un crecimiento exponencial de la producción, aunque los artistas se siguen enfrentando a los mismos problemas – un mercado que no puede absorberlos a todos – y el público, también: “Habiendo tantos artistas, tanta música dando vueltas, las personas tendríamos que tener mucho más tiempo y herramientas para conocer todo. No lo tenemos. Ahí aparece el Club como un aliado fundamental”, sostiene Andrés.“Somos el selector de las músicas argentinas que están en los márgenes. Somos el referente de calidad de esa música”
A partir de un criterio amplio en cuanto a las propuestas – rock, folklore, nueva canción, jazz, música electrónica, tradicionales de otros países – pero a la vez exigente y riguroso en la búsqueda – son bienvenidos aquellos artistas que “se juegan con su obra, que muestran algo genuino y diferente”, el Club del disco, entonces, se gana el lugar del “recomendador”, aquel amigo especializado en quien los melómanos confían su oído y tarjeta de crédito – la compra mensual se realiza vía e-commerce -. Así, cumple con su otro pilar fundacional: la selección exquisita.

UNA DÉCADA EMPRENDIENDO

Andrés identifica en el “nunca estancarse” el desafío fundamental del emprendedor. “Saber entender el contexto y fortalecer las cualidades propias”, completa, para luego apuntar algunos “ítems” en la lista imaginaria de quehaceres del emprendedor dedicado: “Pensar en nuestros socios, conocer sus gustos, sus formas de consumir para dar pasos en esa dirección, diagramar la proyección del proyecto de manera ordenada y rigurosa, valorizar el trabajo propio, buscar aliados y tejer redes de asociación”, propuso, a modo de ejemplos. ¿Lo difícil del ser emprendedor autogestivo? Acostumbrarse y convivir con una situación de “vaivén”: “Hay que entender que la historia está hecha de momentos, algunos mejores y otros peores”, reflexionó. ¿Lo lindo de la experiencia?: “La entrega – respondió – Hay una parte tuya, de tu vida, puesta en un lugar de mucha entrega y a la vez gratificante más allá de lo económico”.

CONOCÉ EL CLUB DEL DISCO ACÁ:

Web: www.clubdeldisco.com
Twitter: @clubdeldisco

AUTOR

AILÍN BULLENTINI. Periodista y docente. Se graduó en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, en donde integra la cátedra de Taller de Redacción Periodística. También enseña Autogestión en Eter-Escuela de Comunicación. Es editora y responsable del área de Vínculos de Revista NAN y redactora en la sección Política de Página/12.

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