Observatorios de cultura, industrias creativas y políticas culturales. La experiencia del Observatorio de Cultura y Economía (Colombia)

En las últimas tres décadas, el campo cultural ha venido ganando importancia en los países de la región latinoamericana, y aunque el grado de desarrollo cultural es disímil en todos los países, hoy en día la mayoría cuenta con instituciones públicas especializadas en cultura, y un sector privado más fortalecido.

Los estudios de caracterización de las industrias culturales y los datos de las Cuentas Satélite evidencian este fortalecimiento, para la muestra los casos de Chile, Colombia y México. En Chile, de acuerdo con los resultados proporcionados en el Documento Mapeo de Industrias Creativas en Chile,  publicado en 2014, el 6% de las personas ocupadas declaran trabajar en oficios creativos, y el valor agregado cultural para 2010 fue cercano al 1,6% del PIB. Estas cifras no son poca cosa si se las compara con otros sectores económicos chilenos, como el de la pesca, cuyo peso en la economía nacional fue del 0,5% para este mismo año, o los restaurantes y hoteles, que aportaron el 1,4% del PIB.

En Colombia, otro país en donde las industrias creativas han mostrado un buen ritmo de crecimiento, de acuerdo con los datos de la Cuenta Satélite de Cultura el monto de la producción a precios corrientes de actividades teatrales y musicales y otras actividades artísticas creció un 90% entre los años 2005 y 2010, mientras que las actividades de producción y transmisión de radio y televisión crecieron el 79%, y las de producción y distribución de filmes y videocintas  crecieron un 159%. Mientras tanto, el total de la producción a precios corrientes de la economía nacional, creció un 56%. Esto quiere decir que el aumento en la producción en el sector cultural sobrepasa ampliamente a la media nacional.

Finalmente, en el caso de México, los resultados de la Cuenta Satélite muestran que el PIB cultural correspondió  al 2.7% del PIB total del país en 2011, del cual 0.6% corresponde a los productos culturales de los hogares, que no se ha considerado en otros países, y el 2.1% pertenece a bienes y servicios de mercado y no de mercado. Adicionalmente se encontró que el sector ocupa de manera remunerada aproximadamente 779 mil personas, lo que corresponde al 1.9% del total del país.

Con respecto a los contenidos de las políticas públicas, en la última década los gobiernos se han dado a la tarea de reconocer la importancia de propiciar un mayor desarrollo de las industrias culturales. En la actualidad, la mayoría de las políticas públicas de la región incluyen su fomento como uno de sus puntos programáticos, pues las industrias culturales son un sector emergente a nivel mundial con una capacidad para generar valor que muchos otros sectores económicos pueden envidiar.

En este contexto, los observatorios culturales adquieren la mayor relevancia. Actualmente se está creando un nuevo paradigma político en el cual la cultura y las industrias culturales tiene un rol protagónico como motores del desarrollo sostenible. La Declaración de Florencia del pasado 4 de Octubre, realizada en el marco del Tercer Foro Mundial sobre Cultura e Industrias Culturales de la UNESCO, ha hecho un llamamiento a los gobiernos a integrar en sus agendas de desarrollo posteriores al 2015 metas explícitas e indicadores dedicados a la contribución de la cultura en los Objetivos de Desarrollo Sostenible: reducción de la pobreza, ciudades y urbanización sostenibles, educación de calidad, medio ambiente y cambio climático, igualdad de género y empoderamiento de las mujeres, e inclusión social y reconciliación.

De aquí surge una necesidad de analizar los procesos culturales emergentes a nivel geográfico, por  sectores específicos del campo cultural, o en el desarrollo de sus políticas públicas. De esta manera los observatorios tienen cada vez un papel más importante en el diseño y evaluación de las políticas nacionales.

Los observatorios culturales latinoamericanos nacen en un periodo en el que la información y el conocimiento se pueden difundir con mayor facilidad gracias a las herramientas proporcionadas por las TIC. Se encargan de recoger, sistematizar y poner a disposición del público información sobre el sector cultural a través de investigaciones, encuentros, creación de redes de trabajo y el uso de páginas web y redes sociales. Sin embargo, para trascender el estatus de sistema de información, se deben convertir también en centros de pensamiento que generen conocimiento, brinden herramientas para la toma de decisiones de política pública y para la gestión del sector privado, propongan debates acerca de los procesos culturales de su entorno y generen alianzas estratégicas con los sectores público y privado. En los últimos diez años han aparecido en Latinoamérica cerca de una veintena de observatorios culturales, y en la actualidad se identifican en la región cerca de quince en funcionamiento, de los cuales cuatro se focalizan en las industrias creativas y/o la economía de la cultura: el Observatorio de Industrias Creativas de la Ciudad de Buenos Aires, el Observatorio Cultural de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, el Observatorio Brasilero de Economía Creativa del Ministerio de Cultura del Brasil y el Observatorio de Cultura y Economía del Ministerio de Cultura de Colombia.

En el caso particular del Observatorio de Cultura y Economía (OCE), este nace en el año 2011 como una iniciativa del Grupo de Emprendimiento Cultural del Ministerio de Cultura de Colombia, quienes en su interacción y diálogo permanente con los actores del sector, identificaron la necesidad de contar con información oportuna y análisis permanente para lograr mayor eficiencia y eficacia en su trabajo y apoyar el desarrollo de las industrias culturales en el país. La creación del Observatorio había sido sugerida en el año 2010 por el Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES) [1] en el documento de Política Nacional para la Promoción de las Industrias Culturales en Colombia,  recomendando para ello crear alianzas estratégicas con sectores académicos, instituciones públicas y organizaciones privadas.

El OCE tiene como eje central el análisis de los aspectos económicos de los sectores culturales y creativos en conjunción con otros estudios interdisciplinarios  que permitan determinar los impactos sociales de la cultura, la situación de las industrias culturales y creativas y el impacto de las políticas públicas para la cultura y las artes.

En el año 2014, la Organización del Convenio Andrés Bello (CAB), entró a apoyar la gestión del Observatorio para fortalecer los procesos de integración y desarrollo de un espacio cultural común en la región. Con esta alianza se espera retomar las investigaciones del Programa CAB sobre Cultura y Desarrollo, que permitieron desarrollar a lo largo de más de una década metodologías y estudios que facilitaron la valoración del patrimonio y las industrias culturales de los países. Este año se han realizado a través del Convenio acercamientos con el Observatorio Iberoamericano de Cultura (OIC) de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y con el Observatorio Brasilero de Economía Creativa.

Hoy en día el OCE se ha constituido en un centro de pensamiento donde los investigadores, agentes institucionales, gestores y artistas pueden encontrar información útil, promover debates, consolidar alianzas interinstitucionales con otros organismos multilaterales y  generar conocimiento especializado  a través de tres líneas de acción: desarrollo de investigaciones, formación y transferencia de conocimiento, y creación y consolidación de redes.

Actualmente, se están realizando investigaciones sobre el impacto económico y social de la cultura en lo regional, lo nacional y lo local, análisis de políticas públicas, y desarrollo de metodologías que permitan hacer valoraciones económicas de los productos y actividades culturales. Además, con el fin de difundir las investigaciones y la información recogida desde del Observatorio y apoyar la formación de profesionales especializados en el análisis de la cultura, se están realizando procesos de formación, y se han generado espacios de socialización en donde se presentan y debaten temas pertinentes para la política cultural y el desarrollo de los sectores, estos espacios los hemos denominado Jornadas de Reflexión y Análisis.

También trabajamos en la creación de redes de investigadores especializados a través de las cuales se propicien diálogos entre la academia, los agentes públicos, los gestores culturales privados, y actores de las cadenas de valor de las industrias culturales; y que también ayuden a visibilizar y circular la producción intelectual de las personas que han trabajado en temas afines a la cultura y la economía en la región.

La directora de la UNESCO ha invitado a los países a invertir en cultura con la misma determinación con la que invierten en recursos energéticos o en nuevas tecnologías, en un contexto mundial en donde se necesitan encontrar nuevos factores de cohesión (Bokova, 2014). Bajo este nuevo modelo los observatorios de cultura se convierten en espacios en donde se pueden generar las herramientas técnicas para asesorar la construcción de políticas culturales que ayuden a cumplir los objetivos del desarrollo sostenible, hacer seguimiento al impacto de las políticas públicas y determinar su eficacia. También es importante generar capacidad en los observatorios para que se conviertan en un repositorio de información que permita preservar a través del tiempo la memoria de los procesos culturales de la región y el inventario de las políticas públicas aplicadas a lo largo de los años, de manera que en la región circulen y se discutan ampliamente las experiencias de todos los países en aras de crear un conocimiento común que permita avanzar en su desarrollo económico, social y cultural.

[1] El CONPES es la máxima autoridad nacional de planeación en Colombia y se desempeña como organismo asesor del Gobierno en todos los aspectos relacionados con el desarrollo económico y social del país. Para ello, coordina y orienta a los organismos encargados de la dirección económica y social en el Gobierno, a través del estudio y aprobación de documentos sobre el desarrollo de políticas generales que son presentados en sesión. El Departamento Nacional de Planeación (DNP) desempeña las funciones de Secretaría Ejecutiva del CONPES (DNP,2014)

AUTOR

DIANA CIFUENTES. Coordinadora del Observatorio de Cultura y Economia de Colombia, organismo que tiene por objeto generar, diseñar y difundir información e instrumentos de análisis que permitan a los actores del sector tomar mejores decisiones en el ejercicio de sus actividades, que conlleven a facilitar el acceso a los bienes y servicios culturales y mejorar la competitividad de las industrias culturales.

4 COMENTARIOS DE LECTORES

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  1. Pingback: EC#6 – Industrias Creativas - Sumario 4 Nov, 2014

    […] Observatorios de cultura, industrias creativas y políticas culturales. La experiencia del Observatorio de Cultura y Economía (Colombia) […]

  2. federico on 5 abril, 2015

    hola, me llamo Federico Diaz, soy Venezolano y me gustaría poder visitarlos y conversar con ustedes. estoy en Colombia, hasta el 10 de abril.

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