Hecho en Buenos Aires. La revista que es más que una revista

Ningún sistema es inexpugnable, siempre deja huecos. Los más pesimistas, dirán que esos espacios están ahí adrede para generar una falsa esperanza. Los optimistas o, simplemente, los que pasan a la acción, los ven como la posibilidad siempre abierta de un cambio. A fines de la década del ’90, que promovió el individualismo y el sálvese quien pueda, nacieron iniciativas que iban precisamente a contramano de la tendencia. Una fue Hecho en Buenos Aires, que en su último número festeja sus primeros catorce años.

Las oficinas de Hecho en Buenos Aires ocupan una planta enorme de un edificio viejo sobre avenida San Juan que mira a Puerto Madero de un lado y a San Telmo del otro. Es un área fronteriza, un cruce de historias y realidades, un arrabal. Patricia Merkin, ideóloga y directora, cuenta que llegaron hace varios años, “porque nos dijeron que el lugar estaba vacío”. Así se mandaron y lo ocuparon en 2001. En 2003, durante la gestión de Aníbal Ibarra, el gobierno de la ciudad les entregó el espacio en Tenencia Precaria. Tiempo después, en 2013, la legislatura porteña les habilitó finalmente el uso por 20 años. Todas las historias que llevan a lo que hoy es y significa Hecho en Buenos Aires están conectadas, todas hablan..

La categoría a la que pertenece HBA no existe localmente. Es “una empresa social”, explica Merkin, “es una figura diferente, es una figura otra. En Italia la llaman El Cuarto Sector”, siendo los otros el Estado (primer sector), las empresas (segundo sector) y el grupo de ONGs, fundaciones, cooperativas, etc (tercer sector). La figura que describe Merkin responde a necesidades sociales, como mucho del tercer sector, pero también con “un nicho de mercado”.

El cronista entra al edificio. El pasado originario de la construcción se ubica en la época que Puerto Madero era todavía el ambicioso puerto ganado al río. Las escaleras que suben hacen recorrer murales que intervienen las paredes. En el espacio de HBA, todo está siempre en movimiento. Vendedores van y vienen, el equipo de la redacción también. Patricia Merkin no es la excepción. Más tarde dirá que el celular le suena tan seguido por los recordatorios de tareas, reuniones y una larga lista de etcéteras, que ya no le presta atención. Hecho en Buenos Aires tiene muchas piezas, y la ética de que no hay atajos, que no hay coronita para nadie y que el trabajo es el camino las atraviesa a todas.

Merkin se tuvo que ir del país en el ‘78, en medio de la última dictadura militar en el año del mundial de fútbol que se organizó en la Argentina. Vivió en Israel, Francia, Costa Rica, Italia.  Volvió en el ‘95, en medio del menemismo y del Efecto Tequila. Lo que encontró a su regreso le dio la pauta de que volvía a una Argentina distinta de la que había tenido que dejar. “Yo recordaba algo más solidario, más comunidad, recordaba algo más familiar”, recuerda y agrega que de lo que más le llamó la atención “me pareció impactante la falta de sentido comunitario”.

Traductora e intérprete de oficio, Merkin trabajó mucho en congresos internacionales y agencias de noticias. El camino de la traducción la llevó por territorios tan diversos como un campo de refugiados en Gaza o una plantación de frutillas en Costa Rica. Cuenta que esta experiencia le hizo conocer el mundo del periodismo y de las ONGs grandes a nivel mundial.

Fue a fines de los ‘90s que a sus manos llegó un número de la mítica The Big Issue, considerada la matriarca de las numerosas publicaciones que le siguieron y una de las cuales es Hecho en Buenos Aires. Lo que representaba The Big Issue conectó con su percepción del contexto local, sus intereses y el oficio adquirido. “Me pareció una conjugación de elementos fabulosa y no paré hasta que saqué el primer número”. Hace una pequeña pausa y agrega: “después tampoco paré…”.

El cronista llega y Merkin está en medio de una breve reunión. Luego, y antes de sentarse para la entrevista, se le ocurre una idea para imprimir remeras y de inmediato se la comunica a uno de los miembros del equipo. Merkin mira siempre a los ojos y es directa para hablar, frontal. Tiene una voz potente, profunda y decidida. Algo que volverá una y otra vez: “la visión no la podés apagar. Si en una organización hay al menos una persona con una visión, esa organización sigue adelante”.

“Sacás al vendedor de la revista y no existe HBA”

El vendedor es el eje alrededor del cual gira HBA, no es solamente su canal de distribución. Cada vendedor tiene su estilo de venta. Hay quienes “venden con sumario, quienes venden sin sumario, otros que no la leen, muchos que sí la leen, otros se aprenden el índice de memoria. Hay una subjetividad aplicada a la venta que es muy interesante”. La ciudad está dividida en zonas rotativas que los vendedores recorren, con algunas – como Plaza de Mayo – más deseadas que otras.

Cuando HBA se gestaba, Merkin comenzó visitando plazas públicas, parroquias, luego organizaciones sociales, del Estado y de la Iglesia. La cuestión era poder acercarse a quienes era el eje del proyecto. No fue inusual encontrarse con prejuicios, resistencias y prácticas instaladas. En el 2000, finalmente, Hecho en Buenos Aires vio la luz por primera vez.

La actualidad muestra 180 vendedores activos y alrededor de cinco mil que pasaron por el proyecto en estos años. Tirada de 17-18 mil ejemplares, que a veces llega a 20mil. “Incorporamos al mundo del trabajo a grupos socialmente vulnerables, vulnerados o vulnerabilizados. No marginales, sino marginalizados, que no tienen acceso al mercado laboral por otras vías” .Hecho en Buenos Aires se divide en dos asociaciones civiles, una para proyectos y otra para la revista. Una tiene el nombre de Asociación Civil Hecho Empresa Social, con lo cual Merkin dice que de esta manera han insertado el concepto a través del nombre de fantasía, aunque como categoría por el momento no exista en la Argentina

«La visión no la podés apagar. Si en una organización hay al menos una persona con una visión, esa organización sigue adelante”

“Esa visibilidad que le das a estos grupos que venden la revista, que padecen de la situación de exclusión, los convierte en parte de la solución y no solamente parte del problema. Más allá del ingreso que pueda generar una persona vendiendo la revista, está un componente importante que tiene que ver con la socialización que tiene la persona al salir a vender, con la dignificación que da el trabajo, con el armado de relaciones sociales nuevas”. Merkin lleva al cronista a otra de las oficinas, donde muestra el mapa que distribuye las zonas de trabajo para los vendedores. Detrás de la pared, se escucha a una vendedora que acaba de llegar. Mientras dura la entrevista, el cronista escucha mencionar que hay gente pegándose una ducha. Hecho en Buenos Aires también ofrece servicios sociales: terapia de acompañamiento, derivaciones, tramitación del DNI. “Somos un puente”, dice Merkin.

Se encontraron con monseñor Casaretto (actual presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social) en 2002 en Caritas, para organizar el Diálogo por la Gente de la Calle – un convenio realizado con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo -, a través del cual la idea era convocar a todas las personas “que estaban en situación de calle, a punto de estarlo, en situación de vulnerabilidad, agrupadas o  no, convocarlos a un diálogo”. Naciones Unidas había puesto como condición la presencia de la Iglesia como uno de los sectores indispensables para la realización del encuentro y por eso se reunieron con el por entonces presidente de la organización perteneciente a la Iglesia Católica. Merkin recuerda que parte de la respuesta de Jorge Casaretto fue “ustedes están haciendo el trabajo que nosotros estamos haciendo hace dos mil años, la voz a los pobres se la dimos nosotros”.

“Cuando las personas son solamente problema, entonces caemos en sistemas asistenciales, que están a un centímetro de convertirse en asistencialistas y de perpetuar a la gente en la situación en la que están” y Merkin cree que romper con esto es empoderar a la gente. “El problema es que los medios de comunicación se ocupan, en su mayoría, de convertir a las personas que viven en la pobreza en víctimas, ellos son los culpables de la situación que padecen”.

En HBA el balance de números anda siempre rengo, pero el balance social dice otra cosa. “La mística del proyecto es también lo que lo sostiene”, afirma Merkin, y parafraseando a Juan Domingo Perón cita “la organización vence al tiempo. (…) Tenés que generar una organización que venza al tiempo. Que te venza a vos, que venza al tiempo, que venza su propia filosofía, porque hay que sostenerlo, hay que sostener la filosofía que está detrás de todo esto”. El término sustentabilidad está de moda, pero para cada aventura significa algo relativamente distinto, porque “tiene que ver con la sostenibilidad económica, pero también, y sobre todo, cultural y social de un emprendimiento, de una organización”.

«Muestra de quiénes ejercen el control es que hay un papel de 53 gramos que se tiene que pedir con seis meses de anticipación y pagar por anticipado y sólo lo usan Ñ y ADN, revistas propiedad de Clarín y La Nación»

Un 40% del presupuesto de HBA sale de la venta de la revista (alrededor del 70% del precio de tapa de la revista va para el vendedor). Muy poco ingresa por publicidad y el resto viene de proyectos paralelos, “para fortalecer el trabajo con los vendedores, para fortalecer los servicios sociales, para instaurar proyectos vinculados a los servicios sociales como Arte Hecho en Buenos Aires”. No hay magia, “todo es mucha maña, mucha imaginación” para mantener la rueda girando. “A veces te quema la cabeza… Porque decís ‘¿será posible que un proyecto que está ofreciendo una oportunidad de laburo a tanta gente tan genuinamente cueste tanto sacarlo adelante todo el tiempo?’”.

Diálogos, Arecia, la necesidad de una ley

Para poder conseguir que algo como HBA subsista en el tiempo, materialmente y como noción es necesario “el diálogo que vos tenés que instalar con el otro. ¿Y el otro quién es? El Estado, el sector privado, medios que son amigos. Tenés que instalar un diálogo doble, triple…”. Merkin se levanta, busca un marcador y en una pizarra comienza a dibujar un esquema de relaciones donde aparecen representados diferentes sectores, a veces más cercanos, a veces más lejanos entre sí. Tener en cuenta este mapa de situación, para Merkin, es esencial, porque “el mapa de grupos de interés es lo que te da la radiografía de tu organización y de en qué momento estás y hacia dónde podés ir. Eso es algo que, de algún modo, en Hecho en Buenos Aires es el conocimiento colectivo que tenemos y es la herramienta que usamos para tomar decisiones, avanzar hacia un lado o a otro, encarar determinados proyectos – con quién sí, con quién no, para dónde y para qué -”.

La Asociación de Revistas Culturales Independientes (AReCIA) fue fundada en 2012 y – sobre todo – en 2013 comenzó a movilizarse y expandirse para lograr la promulgación de una ley que, finalmente, las apoye y proteja.

El debate sobre la concentración de medios y el conflicto sobre Papel Prensa no le son para nada ajenos al colectivo de revistas. Más bien, todo lo contrario. “El acceso al papel es lo mismo que el acceso al éter para la radio”, dice Merkin. Los precios suben permanentemente afectando a los medios pequeños o medianos. Muestra de quiénes ejercen el control es que hay un papel de 53 gramos que se tiene que pedir con seis meses de anticipación y pagar por anticipado y sólo lo usan Ñ y ADN, revistas propiedad de Clarín y La Nación, respectivamente, los principales accionistas de Papel Prensa. Las revistas (como NaN) que utilizan papel obra tienen incluso mayores problemas de costos. A eso hay que sumar que la celulosa, materia prima del papel, cotiza en bolsa y eso agrega otro elemento especulativo que puede afectar los números.

Por otra parte, en 2013 la revista Barcelona realizó una campaña donde evidenciaba cómo ciertos medios económicamente fuertes estaban ejerciendo presión sobre los circuitos de distribución, haciendo cada vez más difícil la presencia de otras publicaciones. Hecho en Buenos Aires basa su circulación en su sistema de vendedores, lo que hace que la influencia de medios de tipo hegemónico le afecten menos, pero no obstante para Merkin “el tema de la distribución es la gran discusión”.

Cae la tarde. Termina la entrevista y Merkin invita al cronista a pasar por el taller de arte, uno de los orgullos de la directora de HBA. En ese momento no hay actividad y se puede ver todo el espacio lleno de obras. El cronista se queda con la sensación de que no hay un solo rincón de Hecho en Buenos Aires donde no esté ocurriendo algo. Es hora de partir. Afuera es el medio de la hora pico, que convierte al centro de Buenos Aires en una pared impenetrable de autos y camiones, bocinazos, caras de culo y conductores que tratan de ganar unos pocos metros al primer resquicio.

Fotos: Gentileza Hecho en Buenos Aires

AUTOR

DIEGO BRAUDE. Licenciado en Artes Combinadas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Periodista y documentalista. Crea y dirige Imaginación Atrapada desde 2005, proyecto seleccionado como mejor revista de teatro en los Premios Teatros del Mundo. En 2013 estrenó su largometraje documental “Fabricantes de Mundos” y desde 2011 ha escrito en el diario Página/12 y la revista Acción.

6 COMENTARIOS DE LECTORES

¿QUERÉS COMENTAR?
  1. Pingback: EC#4 – Revistas Culturales Independientes – Sumario 30 Jul, 2014

    […] Patricia Merkin y Hecho en Buenos Aires. La revista que es más que una revista […]

  2. natalia alzueta on 6 agosto, 2014

    AMO !! a «Hecho en Bs As»- Esta revista, Patricia Merkin y su gente favorecen las posibilidades…. permiten que despierte la capacidad que está latente en los vendedores, en los compradores, en los que trabajan en el detrás de esto… un cambio social es posible!!
    Natalia Alzueta

  3. Pingback: » Revistas Culurales Independientes Asociación de Revistas Culturales Independientes 6 Ago, 2014

    […] y directora El Teje, primera revista travesti de América Latina. Quien escribe fue en busca de Patricia Merkin, fundadora de Hecho en Buenos Aires, primero proyecto local en su tipo y que busca introducir en Argentina la noción de empresa […]

  4. Pingback: Revistas Culurales Independientes | Al Margen 13 Ago, 2014

    […] y directora El Teje, primera revista travesti de América Latina. Quien escribe fue en busca de Patricia Merkin, fundadora de Hecho en Buenos Aires, primero proyecto local en su tipo y que busca introducir en Argentina la noción de empresa […]

  5. me encanto la idea de la revista y siempre que puedo y voy me la compro….vamo arriba taria bueno repicar en uruguay eh

  6. María Ofelia Pla on 16 noviembre, 2015

    Estoy maravillada con todo lo que estoy leyendo sobre Hecho en Buenos Aires. Qué bueno sería que se pudiera distribuir en el interior de la provincia de Buenos Aires o en otros puntos del país para ayudar más y más.

Deja un comentario